Prestar un servicio óptico al alcance de todas las personas

La óptica social es un microemprendimiento que nace con el apoyo del sacerdote Edelmiro Gasparotto, durante el gobierno provincial de Carlos Reutemann, en ese entonces Emaús les cedió un espacio para poder comenzar a trabajar. El responsable de este proyecto, Carlos Marzorati. dialogó con RTS Medios sobre la fundación Atardecer.

Marzorati comentó que al comenzar a funcionar, también compartieron y llevaron a cabo un taller de escuela con chicos con discapacidad, donde se hacía terapia ocupacional y lo producido estaba destinado a la gente sin recursos. “Ése es el trabajo que hacemos nosotros, que lo seguimos haciendo. Nos plegamos e hicimos la Fundación Atardecer, que está en cuatro partes de la República Argentina, y nos movemos por intermedio de las interrelaciones con las ONG, haciendo todo lo que sea información”, explicó.  Sobre los trabajos con lentes, contó que “solicitamos a la gente los anteojos que no usan, se desarman, se reconstruyen por un invento que hice, tanto los cristales como los armazones, se vuelven a armar y se entregan sin cargo. Siempre van con pedidos de oculista, que viene canalizado por distintos ámbitos que sean del gobierno. Porque tuvimos problemas dado que venían, pedíamos, los entregamos y después los vendían en los trueques”. 

Para validar su trabajo, esta organización participa de la Feria de las Organizaciones Sociales de la Defensoría del Pueblo, en la cual comparten con cerca de 60 ONG, que se reúnen una vez por año a mostrar sus actividades. Dentro de la Fundación Atardecer se realizan otras actividades como la donación de ropa a la Casita de las Madres. La organización funciona en una pequeña sucursal en la ciudad de Santa Fe (Quintana 3553), pero la sede central está en Santo Tomé (Dorrego y Primero de Mayo, en Villa del Lino Oeste), también envían materiales a Buenos Aires que ellos distribuyen cuando se necesitan.

“Para recibir el beneficio de la óptica, directamente tienen que traer la receta con el pedido. Si lo quiere en forma totalmente gratuita, a nivel municipal, se puede hacer. Y si lo quiere comprar, tiene que venir hasta acá, a la fundación, porque hacemos atención visual primaria y si detectamos algo, se envía al oculista, o al CEMAFE, de esta forma le dan la receta y después vienen con la receta y le otorgamos el lente. Si no tiene recursos, se viene con un estudio socioeconómico de las personas que brinda la municipalidad en asistencia social, donde conste que no tiene recursos, se le da un número y le entregamos los anteojos después de un tiempo que consigamos el material para armarlo”, expresó el óptico.

Marzorati destacó que “la gente que colabora no son colegas, sino que son personas desinteresadas que trabajan desde un principio con nosotros. Y en base a la unión hicimos lo que actualmente podemos producir, así ayudar a mucha gente. Hay una realidad, los hospitales en este momento están carentes de estos recursos. Entonces nosotros tapamos con nuestro granito de arena, esto ayuda a equilibrar un poco el sistema”.

Para aclarar, hizo referencia a que donan todas las organizaciones, las ONG, por ejemplo, de Buenos Aires, de Rosario, de Funes, de Córdoba y del extranjero mandan, a veces, bolsones de material y de cristales, a su vez donan las personas comunes del barrio y de los hospitales zonales del interior de la provincia. “Hace unos días vinieron del Club de Leones para comentar de la campaña de salud visual que ellos van a realizar, para ver si pueden colaborar haciéndoles los anteojos a la gente que ellos deriven, ellos a su vez, van a hacer una campaña en donde piden gafas casa por casa y después las traen para el reciclado”, ejemplifica el óptico.