Oscar Peresón relató la incertidumbre que atraviesan los empleados de la planta. “Mi hijo me preguntó si es cierto que no estoy trabajando”, dijo al compartir su experiencia.
Oscar Peresón, trabajador de la planta de Vicentin en Avellaneda, compartió su testimonio en medio de la incertidumbre que atraviesan los empleados de la firma agroindustrial. Con 22 años de trayectoria en la empresa, desempeñándose en el área de mantenimiento, manifestó la angustia de asistir a su puesto sin claridad sobre su continuidad laboral.
La situación afecta no solo a quienes trabajan en la planta, sino también a sus familias. “Tengo un hijo de 12 años que me preguntó si es cierto que no estoy trabajando”, contó Peresón. Aseguró que su presencia en la fábrica continúa, pero sin poder dar explicaciones claras sobre qué ocurre con su empleo.
La empresa, que atraviesa un extenso proceso judicial desde fines de 2019, mantiene un conflicto sin resolver con sus trabajadores. Los empleados reclaman una definición que les permita salir del estado de incertidumbre en el que se encuentran desde hace meses.
“Uno va con la voluntad de hacer su tarea, pero no tener claridad sobre si eso cuenta como trabajo es algo muy difícil de explicar”, expresó Peresón. Su caso refleja la tensión emocional que se vive dentro del plantel de la empresa.
Vicentin aún no ha brindado una respuesta concreta sobre el futuro laboral de sus trabajadores en Reconquista. Mientras tanto, los testimonios como el de Peresón se multiplican en una ciudad atravesada por la espera.
Fuente: RTS Medios