La flor de lis simboliza la brújula y encarna los valores, las estrellas representan la verdad y el conocimiento, el lazo es lo que los une a todos, y la cuerda circular en un nudo de arrecife central simboliza la unidad del Movimiento global. 5 de septiembre Día Nacional del Scout

Valeria Elías
RTS Medios
Todos los 5 de septiembre se celebra a nivel nacional el Día del Scout y el Día de la Buena Acción Diaria. Las tres puntas de la flor de lis representan las tres partes del Juramento Scout:
-Cumplir con mi deber hacia Dios y mi país
-Obedecer la Ley Scout
-Ayudar a otras personas en todo momento.
Este símbolo de la flor, es el Escudo Mundial (morado) que representa la pertenencia a la Organización Mundial del Movimiento Scout .
“El significado real”, escribe Lord Robert Stephenson Smyth Baden-Powell, fundador del Movimiento, “es que apunta en la dirección correcta (y hacia arriba), sin girar ni a la derecha ni a la izquierda, ya que estas conducen nuevamente hacia atrás.
Los Scouts de Argentina están presentes en el país desde hace más de 100 años, brindando una propuesta de educación no formal destinada a niñas, niños y jóvenes en la que se promueven valores como el compromiso social, la responsabilidad, la solidaridad, el cuidado por los adultos mayores, la protección de la naturaleza, entre otros.
La Misión del Movimiento Scout es contribuir a la educación de los jóvenes, a través de un sistema de valores basados en la Ley y Promesa Scout que los alienta a desempeñar un papel constructivo en la sociedad.
“Siempre listas y listos”. Este lema es un símbolo del Movimiento Scout que identifica a estos jóvenes de Argentina y del mundo. El eslogan funciona bien en inglés, así como en francés, español y árabe como idiomas oficiales y de trabajo de World Scouting.
En la ciudad de Santa Fe son 13 grupos ubicados en diferentes puntos de la ciudad. Lorena Swiatek, Rover de Partida Investido, fue hasta 2023 jefa de Tropa Scout en Grupo Scout Naval «Almirante Brown» y habla en primera persona y cuenta su experiencia.

“Mi nombre es Lorena, y si me preguntás qué significa ser scout para mí, te diría que es la historia de mi vida. Empecé a los 9 años en las Guías del Sol, en una época donde todavía no existía la rama femenina en el movimiento scout. Comencé como alita, usando pañuelo amarillo, y luego pasé a la etapa de caravana, con pañuelo celeste. Fue en un campamento en Paraná (en el Parque San Martín) donde descubrí un mundo completamente nuevo, lleno de aventuras y de camaradería. Aprendí a convivir con mis compañeras de patrulla, y fue un momento maravilloso, grandioso.
Luego, me pasé al grupo scout de la Iglesia de Lourdes, cuando finalmente se abrió la rama femenina. A los 16 o 17 años, inicié mi camino como Rover. Fue un proceso de crecimiento que me llevó hasta el momento de mi «Partida», que es cuando uno se prepara para dejar el grupo y convertirse en dirigente. Se realiza un campamento en soledad, un momento de profunda reflexión. Fue así como inicié mi etapa de liderazgo, primero como subjefe de tropa.
Después, las circunstancias de la vida me llevaron por otros rumbos. Llegó el momento de estudiar, me casé, fui madre… y por un tiempo, estuve lejos del movimiento. Pero el corazón siempre me tiró de regreso. Con el tiempo, me reincorporé en el Club Belgrano de la Costanera, donde se encuentra el Grupo Scout Naval N° 2 «Almirante Brown» y ahí seguí como Jefe de Tropa Scout hasta el año 2023.
Ser Scout sirve para la vida, sin exagerar. Aprender a vivir el Espíritu de la Patrulla es clave. Es el corazón del escultismo.
Trabajo en equipo y validación de habilidades, es en la patrulla donde aprendés que cada uno tiene un talento y que el éxito del grupo depende de usar las habilidades de todos. Si yo no soy buena cocinando, no me voy a poner a hacer los huevos fritos, pero a lo mejor soy la mejor prendiendo el fuego y me convierto en la fogonera. Así, cada uno aporta lo suyo y el equipo se fortalece.
Te prepara para la vida, las habilidades que adquirís de chica, como hacer nudos, orientarte con un mapa o primeros auxilios, te dan una seguridad enorme. Pero, más allá de eso, aprendés a ser líder, a ser parte de un equipo, a respetar las diferencias y a escuchar a los demás.
Te conecta con la naturaleza, pasás tiempo al aire libre, aprendés a cuidar el ambiente, a valorar lo que nos da la tierra. No es solo un paseo, es entender tu lugar en el mundo.
No sé si se entiende la idea, pero es un camino que te moldea, estoy convencida de que es la mejor manera de dejar el mundo un poco mejor de como lo encontramos.
Ser scout es un estilo de vida. Es algo que te llevás con vos a todos lados y te ayuda a ser una mejor persona, una mejor ciudadana, una mejor hermana, una mejor amiga, más allá de un grupo o una orientación religiosa. ‘Scout una vez, scout toda la vida’ no es solo un dicho, es una realidad. Es una forma de ser que te moldea para siempre.
Esto se ve claramente en nuestro símbolo, la flor de lis, que es como un mapa de nuestra vida.
Sus tres pétalos nos recuerdan nuestros principios: la lealtad a Dios, la Patria y la familia; la abnegación para ayudar a los demás; y la pureza de intención en nuestros pensamientos y acciones. Las dos estrellas de cinco puntas simbolizan los diez puntos de la Ley Scout, que nos guían en el día a día. Y la flor de lis apuntando al norte nos da nuestra brújula, la orientación para no perdernos en la vida. Las manos entrelazadas son el símbolo de protección: el scout mayor guiando y cuidando al más joven, un legado que se pasa de generación en generación.
Es un camino para aprender a valerte por vos misma, a resolver problemas, a trabajar en equipo y, sobre todo, a ser solidaria con el otro.
Respecto al uso de la tecnología, pienso que no es mala, pero no puede ser lo único. Y nosotros les ofrecemos ese otro lado, el de la aventura, la comunidad y la vida al aire libre, y les enseñamos a usar la tecnología con buenas prácticas, a ser buenos ciudadanos digitales también. Y te aseguro que, aunque lleguen enganchados al teléfono, cuando un scout logra encender un fogón con sus propias manos o ayudar a su patrulla, se le ilumina la cara de una forma que ninguna pantalla puede lograr. Lo que tiene la tecnología es que da la satisfacción de la inmediatez… muchas veces efímera. Entiendo que no hay que luchar en contra de … sino utilizarla como una herramienta más para el aprendizaje. En la vida real, las cosas llevan tiempo. Un nudo bien hecho no se ‘descarga’, tenés que practicar. El fuego no se prende con un botón. Esto les enseña paciencia y a valorar el proceso, no solo el resultado final. La tecnología puede ayudarlos a investigar y a entender la teoría, pero el scoutismo es donde ponen las manos en la masa y la llevan a la práctica.
Para mí ser Rover de partida y vivir una vida Scout adulta es la pregunta más difícil de responder… como dije en un principio, no es solo un sábado a la tarde, ser Scout Adulto conlleva compromiso y responsabilidad, porque en definitiva estas formando ciudadanos que luego serán los adultos en esta sociedad. Tenemos que capacitarnos, aprender, actualizarnos constantemente en todos los sentidos, en todos los aspectos, que también incluyen legislaciones vigentes, porque no perdamos este detalle muy importante: son infantes. son menores, adolescentes y lo importante es siempre protegerlos. Siempre llevo conmigo una frase que una vez me dijeron en una capacitación: ‘Puede haber grupos sin niños (al principio de su creación) pero no puede haber un grupo sin adultos, y ahí es donde radica la mayor falencia. la escasez de dirigentes’.
Como scout, sé que la Promesa y la Ley nos guían, pero es la Buena Acción lo que nos pone en movimiento. Para mí, el nudo que hago en la punta de mi pañuelo no es solo un adorno. Es un recordatorio diario. Cada mañana, cuando lo veo en el perchero, me pregunto qué pequeña cosa puedo hacer para ayudar a alguien. No busco grandes gestos, sino la honestidad y la simpleza de un acto de bondad, hecho sin esperar nada a cambio. Porque para un scout, la Buena Acción es el latido de la Promesa”.
Fuente: RTS Noticias