Salud mental: 2 de cada 10 argentinos empeoró su bienestar emocional

Un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (UCA) advierte un aumento del malestar psicológico en el país. Las mujeres, las personas mayores de 60 años, quienes viven en contextos de pobreza, están desempleados o padecen enfermedades crónicas son los grupos más afectados.

El malestar psicológico crece de forma sostenida entre los argentinos. Así lo asegura un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (UCA) que marca una clara tendencia: dos de cada diez adultos empeoraron su bienestar emocional en Argentina. Las disparidades sociales como el género y el nivel socioeconómico acentúan la problemática.

 

El estudio analizó los datos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA-UCA), que releva hogares de las principales áreas metropolitanas del país. Los resultados muestran una tendencia persistente: la proporción de adultos con síntomas de ansiedad o depresión pasó del 18,4% en 2010, al 28,1% en 2024. Esto significa una tasa de prevalencia de tres de cada diez personas y que, en este lapso de tiempo, dos de cada diez adultos sufrieron un empeoramiento en su bienestar psicológico.

 

El documento, además, pone el foco en las diferencias sociales que acentúan la problemática: “Las poblaciones empobrecidas muestran una prevalencia que duplica la de las poblaciones no empobrecidas, mientras que las mujeres, los adultos mayores y las personas que perciben un déficit de salud, desempleo o empleo precario muestran niveles elevados de síntomas”.

 

Un fenómeno con raíces estructurales
El informe del Observatorio de la Deuda Social advierte que la mirada sobre la salud mental en contextos como el argentino no puede separarse de las condiciones estructurales de vida. La pobreza, la precariedad laboral y las desigualdades persistentes son factores que erosionan el bienestar subjetivo de una persona y amplifican el malestar psicológico.

 

Según los enfoques actuales de la problemática, el acceso a la vivienda, la educación, el trabajo y las redes de apoyo influyen directamente en las posibilidades de bienestar emocional de un individuo.

 

Qué es la salud mental
La salud mental se define como un estado emocional y psicológico que permite afrontar los desafíos de la vida, establecer vínculos saludables, tomar decisiones informadas y mantener una percepción realista de uno mismo y del entorno.

 

La Asociación Americana de Psicología (APA) plantea que su evaluación puede realizarse según la presencia o ausencia de determinados síntomas que pueden indicar distintos niveles de malestar psicológico o psiquiátrico. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los signos más frecuentes son los que se asocian a los trastornos de ansiedad y depresión.

 

Por todo esto, según el informe citado, es fundamental comprender la necesidad de incorporar la salud mental en las políticas públicas; reconocer el vínculo que existe entre la problemática y las condiciones materiales y sociales que atraviesan la vida de las personas; y propiciar la conversación social sobre el tema.