El equipo de Javier Palatnik en el IBR identificó un mecanismo clave en el proceso de regeneración vegetal. El hallazgo fue publicado en la revista Nature Plants.

Un grupo de investigación del Conicet Rosario, liderado por Javier Palatnik en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), logró identificar un mecanismo molecular central que regula la regeneración de raíces en plantas. El hallazgo, resultado de más de una década de trabajo, fue publicado en la revista científica Nature Plants y podría tener aplicaciones directas en la agricultura.
“Las plantas tienen una capacidad para regenerarse asombrosa, muy diferente a la nuestra”, explicó Palatnik en diálogo con RTS Noticias. “Nosotros no podemos regenerar un brazo o una pierna. El único órgano que más o menos lo hace es el hígado. Pero las plantas, a partir de pequeñas porciones de tejido, pueden rearmarse completamente”, detalló.
Esa capacidad de reprogramar células es clave para generar nuevas variedades con mejores características agronómicas, como tolerancia a la sequía o mayor rendimiento. Según el investigador, muchas tecnologías actuales se basan en tomar una parte de la planta, mejorarla, y regenerar a partir de allí un ejemplar completo.
El problema de los cultivos comerciales
Sin embargo, no todas las plantas regeneran con la misma facilidad. “Cuando hablamos de cultivos como la soja, el trigo o el maíz, los de mayor valor comercial son los más difíciles de regenerar. Ahí es donde se complica”, explicó. Modificar el tejido de esas especies no siempre permite obtener una planta completa y funcional.
Por eso, uno de los objetivos del equipo del IBR es comprender cómo se da esa reprogramación celular. “Queremos saber cómo, a partir de un puñado de células, una planta puede reconstruirse entera. Ese es el mecanismo que venimos investigando hace más de diez años”, indicó.
El trabajo que ahora se publica tuvo como foco el estudio de la raíz. “Nos concentramos en ver cómo, cuando una planta pierde la raíz, las células madre que quedan ahí pueden reconstruirla y permitir que siga creciendo”, explicó Palatnik. Gracias a esta línea de investigación, ya lograron que algunas variedades de trigo —antes imposibles de regenerar— ahora puedan ser mejoradas.
El avance, desarrollado en colaboración con grupos científicos de Estados Unidos, abre nuevas posibilidades para la producción agrícola, combinando ciencia básica con soluciones aplicadas a los desafíos del cambio climático y la demanda alimentaria global.
Fuente: RTS Medios