Es progresiva, no siempre perceptible, el acoso laboral tiene varias aristas, camuflado en exigencias laborales y comentarios chistosos, que encubren intenciones o malicias para perjudicar al trabajador. La psicóloga social experta en violencia laboral, Romina Carrara, brinda detalles sobre el tema.

Valeria Elías
RTS Medios
La violencia laboral puede ser ejercida desde diferentes puntos, cabe destacar que no siempre es efectuada de forma lineal de jefe a empleado, puede darse entre los mismos compañeros y se han registrado casos de trabajadores a empleadores. Pero lo importante de esto es saber detectar y actuar en la resolución del conflicto antes de que escale, hay casos con resultados son trágicos, culminan en suicidio, otros en pérdidas laborales irreparables.
Para conocer más sobre este tema Romina Carrara, psicóloga social experta en violencia laboral, conversó con RTS medios.
—¿Qué entendemos por violencia laboral?
— La violencia laboral es una forma de maltrato que se da en el marco del trabajo, con el objetivo de desestabilizar, excluir o someter a una persona. Puede adoptar múltiples formas: desde el aislamiento y la omisión sistemática, hasta los gritos, las burlas o la descalificación profesional. En muchos casos, estas acciones no aparecen de manera aislada sino como parte de una dinámica sostenida y estructurada.
El acoso laboral —también llamado «mobbing»— ocurre cuando estas conductas se repiten en el tiempo, generando un daño psíquico, físico o social en quien las padece. Se da tanto en ámbitos públicos como privados, y puede provenir de superiores jerárquicos, pares o incluso personas de menor rango.
Cuando esta violencia se dirige de manera específica a mujeres u otras identidades feminizadas, por su género o por desafiar mandatos tradicionales, hablamos de violencia laboral por razones de género.
—¿Cuáles son las señales de alerta?
— No se trata de un hecho puntual, sino de una suma de situaciones que, en su reiteración y persistencia, afectan el entorno de trabajo. Algunas señales que deben generar atención son:
- Aislamiento deliberado del equipo o de la comunicación institucional.
- Asignación de tareas degradantes o imposibles de cumplir.
- Cuestionamientos permanentes sobre la capacidad profesional.
- Comentarios sarcásticos, amenazas veladas, descalificaciones o burlas.
- Obstaculización sistemática del desempeño laboral (interrupciones, ocultamiento de información, etc.).
- Presión para renunciar, “traslados disciplinarios” sin fundamentos o negación de licencias justificadas.
Estos indicios, cuando son persistentes y no responden a diferencias laborales razonables, pueden configurar un caso de acoso laboral.
—¿Qué diferencia hay entre un conflicto y un caso de acoso laboral?
— Un malentendido, una diferencia de opinión o una discusión puntual forman parte de la vida laboral. En cambio, el acoso laboral implica una intención sostenida de dañar, silenciar, desestabilizar o expulsar a una persona del entorno de trabajo.
La diferencia clave está en la reiteración, la intencionalidad y el desigualdad de poder. Cuando estas situaciones se repiten, generan consecuencias graves en la salud de quien las sufre, muchas veces con la necesidad de atención médica o psiquiátrica.

—¿Qué legislación protege a las víctimas?
— A nivel nacional e internacional, existen normas que reconocen la violencia laboral como una problemática que debe ser atendida con urgencia:
- Convenio 190 de la OIT: Reconoce el derecho de toda persona a un ambiente laboral libre de violencia y acoso. Argentina lo ratificó en el 2021.
- Ley 14.371 (Santa Fe): Establece principios para la prevención, atención y sanción de la violencia laboral en el empleo público, garantizando mecanismos para su denuncia y abordaje.
- Ley 2758 (Salud Mental): Aunque no refiere exclusivamente al trabajo, establece el derecho a una vida libre de violencias y a recibir atención integral frente al padecimiento psíquico.
- Ley 26.485: Brinda protección integral frente a todas las formas de violencia contra las mujeres, incluyendo la violencia en el ámbito laboral.
Además, muchas Defensorías del Pueblo y sindicatos ofrecen dispositivos específicos de escucha, asesoramiento y acompañamiento.
“Si bien la violencia laboral es una forma de abuso de poder que genera consecuencias graves e incluso irreparables puede prevenirse y trabajar para erradicarla. Conocer, escuchar e intervenir son acciones urgentes. La violencia laboral no es un conflicto menor ni una incomodidad; es un fenómeno estructural que daña subjetividades, rompe equipos y vulnera derechos fundamentales. El primer paso para combatirla es nombrarla”, finalizó la experta.
Fuente: RTS Noticias