Alicia Tate aseguró que la reacción social obligó al Estado a involucrarse. “No podés hacer una política pública eficiente sin información”, señaló.
A diez años de la primera marcha de Ni una Menos, la secretaria de Género de la provincia de Santa Fe, Alicia Tate, afirmó que el movimiento fue una reacción originada en los colectivos de mujeres y remarcó el impacto que tuvo en los gobiernos, que debieron responder con políticas públicas. También detalló el rol que cumplen los municipios y comunas en la atención de situaciones de violencia.
“Fue una reacción, fundamentalmente, de los movimientos de mujeres”, expresó Tate, y agregó que la masividad del reclamo obligó al Estado a tomarlo como un hecho del que debía hacerse cargo. “No podés hacer una política que sea eficiente si no tenés la información que necesitás para diseñarla”, indicó.
La funcionaria explicó que la provincia cuenta con programas destinados a organizaciones, municipios y comunas, que conforman el primer nivel de atención en casos de violencia de género. “Es el que más respaldo necesita porque es el que enfrenta las situaciones en primer término”, dijo.
En ese marco, Tate informó que este año el Gobierno provincial incrementó los fondos destinados a estos convenios: las comunas más pequeñas recibirán un aumento del 160 %, las comunas medianas un 70 %, y las más grandes un 50 % respecto al año anterior.