Sin políticas públicas, muchas mujeres y personas menstruantes faltan a la escuela o dejan de trabajar. “No es un cosmético, es un producto de primera necesidad”, advierten desde EcoFeminita.

El Ministerio de Capital Humano eliminó el programa nacional que garantizaba el acceso gratuito a productos de gestión menstrual. Esta medida afecta a muchas mujeres y personas menstruantes que deben afrontar por su cuenta un gasto anual que supera los 100 mil pesos por persona.
“Nosotros consideramos que la menstruación es un factor más de desigualdad económica en todo este crisol de brechas y de falta de acceso que tenemos al mercado laboral, a empleos que sean formales y a ingresos en general”, explicó Lucía Espiñeira, coordinadora de MenstruAcción e integrante de EcoFeminita, en RTS Noticias.
El último relevamiento de EcoFeminita indica que una persona que usa toallitas gasta por año $78.355,77, mientras que quienes usan tampones llegan a $100.561,52. “Creemos que es un tema de salud pública y que el Estado es garante de ese derecho a última instancia para poder gestionar la menstruación dignamente y poder ir a la escuela”, agregó Espiñeira, quien invitó a pensar cómo impacta ese gasto en un hogar donde hay dos o tres personas menstruantes.
Sobre el impacto en la salud y la economía familiar, Espiñeira citó un estudio realizado por La Poderosa, que relevó a mujeres en barrios populares: “Seis de cada diez dijeron que alguna vez tuvieron que elegir comprar comida y por eso despriorizar productos de gestión menstrual. Ahí ingresan los trapos, los algodones, la ropa vieja para contener el sangrado, que después puede generarte una infección”.
Respecto al recorte, Espiñeira aclaró que “fue una medida más bien simbólica en contexto de elecciones para mostrarle a su electorado que seguían en esta lucha contra la ideología de género, como ellos lo llaman, porque en realidad los programas no estaban funcionando y no es que hubo un desfinanciamiento o un ahorro concreto. El recorte ya había ocurrido antes del anuncio oficial.”
Ante la falta de políticas nacionales, algunos gobiernos locales y provinciales intentan garantizar el acceso gratuito. “Varios municipios repartieron copas menstruales, pero no fue suficiente para cubrir la demanda. La pandemia fue un momento en que los productos sanitarios se pusieron en el centro, pero después del gobierno anterior no tuvimos más noticias de eso”, señaló Espiñeira, quien remarcó que el proyecto de la asociación civil también apunta a quitarle el IVA a esos productos.
Finalmente, advirtió: “No es un cosmético que una elige o no, es un producto de primera necesidad y tenemos que poder contener el sangrado dignamente”.
Fuente: RTS Medios