Existen personas tienen conductas que suelen parecer extrañas, confusas y hasta molestas. Pero no son intencionales, son alteraciones o disminuciones de su capacidad mental. El Dr. Miguel Ángel de Boer explica sobre los déficits cognitivos.
Valeria Elías
RTS Medios
Los déficits cognitivos se refieren a alteraciones o disminuciones en las capacidades mentales que permiten pensar, razonar, recordar, planificar y tomar decisiones. Cuando se afectan las funciones ejecutivas —que dependen principalmente de la corteza prefrontal—, los déficits cognitivos suelen manifestarse en dificultades para organizar la conducta y adaptarse a situaciones nuevas o complejas.
El Médico Psiquiatra – Psicoterapeuta, Dr. Miguel Ángel de Boer, en diálogo con RTS Medios dió a conocer las características de esta problemática.
“En relación con las funciones ejecutivas, los déficits cognitivos pueden presentarse de la siguiente manera:
Disminución del control inhibitorio: la persona puede tener dificultades para controlar impulsos o comportamientos inapropiados, actuar de manera impulsiva o tener escaso autocontrol emocional.
Alteración de la memoria de trabajo: le resulta difícil mantener información en mente para realizar tareas, seguir instrucciones o resolver problemas.
Pérdida de flexibilidad cognitiva: puede mostrarse rígido en su pensamiento, incapaz de adaptarse a cambios o de considerar puntos de vista alternativos.
Problemas en la planificación y organización: la persona puede tener dificultad para estructurar sus actividades cotidianas, cumplir metas o manejar el tiempo de manera eficaz.
Toma de decisiones deteriorada: las elecciones pueden ser poco realistas o desadaptativas, por falta de juicio o de evaluación de consecuencias.
Desregulación emocional: las emociones pueden dominar la conducta, generando reacciones desproporcionadas o inestabilidad afectiva”, detalló el especialista.
“Estos déficits- continúa explicando- pueden observarse en distintos trastornos neurológicos y psiquiátricos —como demencias, esquizofrenia, depresión, TDAH o lesiones cerebrales—, pero también en situaciones de estrés crónico o consumo de sustancias.
En todos los casos, afectan la autonomía, la adaptación social y la calidad de vida, por lo que su detección temprana y abordaje terapéutico resultan fundamentales”.
Luego, agregó: “Por otro lado, es importante distinguir el déficit cognitivo leve —frecuente en personas mayores— del deterioro patológico. Este tipo de cambios suele formar parte del envejecimiento normal y no implica una enfermedad. Se manifiesta como olvidos ocasionales, lentitud para procesar información o pequeñas dificultades para concentrarse, sin que afecten de manera significativa la vida diaria. Mantener la mente activa, el contacto social y hábitos saludables contribuye a preservar el funcionamiento cognitivo a lo largo del tiempo”.
Fuente: RTS Noticias