Las precipitaciones acumuladas saturaron los suelos y frenaron el avance de las cosechadoras. “Hay que volver a calcular todo”, advirtió Cristina Russo, de la Bolsa de Comercio de Santa Fe.
La cosecha de soja en el noreste de la provincia de Buenos Aires atraviesa un momento crítico tras intensas lluvias que dejaron acumulados de hasta 378 milímetros en pocos días. Según informó Cristina Russo, jefa de la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, todavía faltan recolectar 250 mil hectáreas en la zona.
El fenómeno climático fue atribuido al calentamiento persistente del Atlántico, que si bien había favorecido el rendimiento de los cultivos semanas atrás, ahora genera condiciones propicias para eventos de clima extremo. “Estábamos hablando de un rebote en la cosecha de soja de 3 millones de toneladas, pero esto cambió todo”, indicó Russo.
Las lluvias encontraron suelos ya saturados por precipitaciones previas, lo que agravó el impacto sobre los campos y las tareas de recolección. Las localidades de Chacabuco y Rojas registraron los valores más altos, con 378 y 250 milímetros respectivamente.
A esta situación se suman nuevos pronósticos de lluvias que mantienen la incertidumbre sobre el estado de los cultivos que aún restan cosechar. “Si volvemos a tener un evento importante, es complicado”, señaló Russo, quien también destacó que en toda la provincia todavía queda sin cosechar dos tercios del área sembrada.
Los técnicos analizan ahora el nivel de daño potencial, con especial preocupación por la soja, el cultivo más afectado por las condiciones actuales. Mientras tanto, los pronósticos del Atlántico indican que el calentamiento persistirá hasta octubre o noviembre.
Fuente: RTS Medios