Las cosas por su nombre: la historia detrás de los apodos del fútbol

Muchos de los orígenes de los apodos en los clubes de fútbol son polémicos. Comenzaron como insultos, pero se resignificaron y se hicieron carne con los años. En la nota, te explicamos cómo y por qué llamamos así a los protagonistas del fútbol en la provincia y a nivel nacional.

Para Fontanarrosa “si no se entiende que esto es una pasión,y las pasiones son bastante inexplicables, no se entiende nada de lo que pasa en el fútbol”. Y los apodos, de críticas o intentos de insultos pasan a ser un documento de identidad en los estadios o en la calle. Ilógicos,  pero con un sentido de pertenencia difícil de explicar. 

 

Repasar la historia del por qué nombramos así a las hinchadas o equipos nos lleva a un laberinto de leyendas, mitos urbanos y teorías que científicamente dificultan encontrar el verdadero origen de una forma de identificar a los fanáticos, simpatizantes, amantes de la redonda. Desde el balón de tiento en adelante, las historias han cambiado con quienes la cuentan. 

 

Sí es verdad que algunos apodos futbolísticos se tatúan en la piel, se dispersan como un virus, se repiten hasta el cansancio y se llevan al cajón como un legado eterno, incluso sin siquiera saber cuál es su origen ni mucho menos si la leyenda que los creó es cierta. Son parte del ADN futbolero, que identifican ante el mundo como el apellido, la nacionalidad o la ciudad donde se nació. Y si bien, en relación a cómo surgieron no hay unidad de criterios, hay varias versiones que se pueden recolectar, la elegida queda siempre a criterio del narrador. 

 

Como las siguientes historias de Santa Fe, provincia futbolera de punta a punta de su geografía.



Tatengues: mi destino unido a tu destino.

 

Así reza el himno que cantan los hinchas del club “de la Avenida” en la ciudad de Santa Fe. Los seguidores de Unión tenían su sede en el centro de la ciudad y fueron bautizados así a principios de siglo, ya que según la jerga de la época quería decir «niños bien» o “de origen social acomodado” que contrastaba con su club rival. 

 

Como muchas de las historias de apodos futboleros, el mote de “tatengues” tiene origen en un intento de insulto que los hinchas terminaron por apropiarse para siempre, con un sentido de pertenencia marcado a fuego. 

 

A la historia, algunos suman los dichos de Juan Tomas “Macho” Loyarte, quien en un partido contra Gimnasia de Ciudadela, habría usado la frase  «Tatengues» por «hijos de papá» o «nenes bien» en respuesta a las quejas de los jugadores molestos por la violencia con la que se manejaban los rivales.



Sabaleros, sangre de campeones

 

El apodo del club de barrio Centenario en la ciudad de Santa Fe es un ejemplo más de cómo en el fútbol argentino muchos motes despectivos se construyen a través del tiempo como un símbolo de orgullo y pertenencia para los hinchas. 

 

A los hinchas de Colón se los identifica como “sabaleros» debido a que sus primeros simpatizantes iban a pescar sábalos al río Salado. Ese río fue siempre protagonista en la historia sangre y luto.   

 

En el libro escrito por Juan Jesús Sidoni, se indica que “cuando el club se afincó en el barrio Sunchales, muchos residían próximos al río Salado y de condición económica humilde”. Precisamente por eso, “en gran número se dedicaban a la pesca como medio de sustento, vendiendo y consumiendo pescados que obtenían de él”. 



Leprosos y canallas, una historia casi bíblica

 

Las paradojas del fútbol hacen que la génesis de los apodos de los dos grandes clubes rosarinos, fuera la misma. Una anécdota casi digna de uno de los libros del Antiguo Testamento, sin mesías pero con protagonistas que marcarían los apodos de los que heredaron en adelante la pasión por Rosario Central y Newells Old Boys.

 

Cuenta la historia que, a principios del siglo XX, Newells Old Boys y Rosario Central, fueron invitados a celebrar un encuentro a beneficio de los enfermos de lepra. Por aquellos días, una comisión de damas gestionó la realización de un encuentro de fútbol a beneficio y la invitación fue aceptada de inmediato por los directivos de Newells, quedando para siempre el apodo: «Leprosos».

 

Mientras tanto, Rosario Central, en una reacción opuesta, no accedió a participar del evento a beneficio quedando por su respuesta, el “Canalla» como apodo hasta la actualidad. Con el correr del tiempo,  las dos maneras de llamar a las entidades deportivas fueron tomando gran dimensión, al punto de transformarse en un emblema identificatorio para ambos equipos. 

 

La crema de Rafaela  

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La “perla del oeste” tiene a Atlético de Rafaela como uno de sus referentes deportivos, conocido popularmente como “la Crema». El apodo proviene del estatus social de los primeros fundadores del club, a los que se los denominaba «cremosos» por su alto poder adquisitivo y por la pertenencia de sus socios iniciales a la conocida como “clase alta”.

 

Asimismo, durante algún tiempo también hubo confusión sobre su apodo, porque el sponsor fue durante años la empresa láctea santafesina Sancor, y se creía que el tema venía por ahí, pero no. 



El lobo de Rafaela

 

El Club Sportivo Ben Hur o simplemente conocido como Ben Hur es una institución deportiva de la ciudad cabecera del departamento Castellanos. La historia del guerrero de las épocas del imperio romano plasmada en la famosa película de la época fue la inspiración para el nombre. 

 

Dicen que el apodo «lobo» se popularizó porque se lo asociaba con este animal y en oposición al 9 identificado con el león.

 

El 9 de Rafaela

 

Al Club Atlético 9 de Julio en Rafaela se lo conoce como “el león”. El apodo, cuentan los descendientes de los fundadores, se lo pusieron en el tiempo que el club estaba jugando el torneo del interior. 

 

Los bichos verdes de Sunchales

 

En la ciudad del departamento Castellanos, el Club Atlético Unión es un polideportivo, social y cultural fundado el 2 de abril de 1948. 

 

Tiene los apodos de «Bichos Verdes» y «Verde Albiverde», en referencia a los colores que identifican al club de esa localidad del departamento Castellanos.

 

Sunchales: el hogar de los tigres

 

A Libertad de Sunchales se le dice «Tigres Cañoneros». Este apodo se deriva de los colores del club, que son negro y amarillo, y de la tradición de jugar con gran intensidad y potencia, como un cañón.

 

El “Lobo” de Las Parejas

 

La ciudad del departamento Belgrano, está ubicada a 98 km de Rosario donde se erige el Sportivo Atlético Club, conocido como Sportivo Atlético Club Las Parejas o, simplemente, Sportivo Las Parejas.

 

Su apodo de “el lobo” fue inventado por un hincha. Años atrás en plena disputa de un título, le tocó enfrentarse con Argentino, en un clásico difícil. 

 

Los seguidores de ese club haciendo alusión a la frondosa arboleda que rodea a la cancha, los hostigaban diciendo que los esperaban en “el bosque”. El partido lo ganó “el lobo” y de allí quedó el nombre para la historia. 

 

El “Salaito”

 

Ir a la cancha no puede pensarse sin el olor del choripan inundando las calles cercanas al estadio y sin los sonidos de los vendedores anunciando a los gritos sus productos. Y mucho tiene que ver esto con el apodo de “Salaíto” para el Club Atlético Argentino de Rosario.

 

Según cuentan sus fanáticos, el nombre surge del recuerdo de un vendedor ambulante que, en el ingreso al estadio, vendía lupines y galletitas saladas. Su grito característico, promocionando sus productos quedó marcado a fuego en la historia del club. 

 

Los “Charrúas”.

 

Se lo conoce así a Central Córdoba de Rosario o como “Los Azules Rosarinos” o “El Matador”. 

 

El apodo de los “azules” es por el color característico de su camiseta, siempre imponiéndose por sobre cualquier detalle. 

 

Su estadio queda muy cerca de la estación de ferrocarril, lo que impregna del espíritu ferroviario todo. Por eso para muchos, los azules también se referían a los catangos que trabajaban en el ferrocarril. 

 

Lo de “charrúas”, cuenta la leyenda que es por dos hermanos del club, conocidos como “los hermanos Charra”, que tuvieron una discusión con un periodista que les respondió de forma despectiva “los charrúas” y le quedo 

 

   

 

Los apodos y el fútbol argentino

 

En el país hay tantos apodos vinculados al fútbol como potreros. Apodos de jugadores, clubes, barrios, y detrás de ellos mil historias. De los llamados “clubes grandes” también hay leyendas que testimonian – a veces sin demasiada certeza sobre su veracidad y certeza- el por qué se los conoce de la forma que coloquialmente hoy los conocemos. 

 

Por eso, este repaso de algunos de los apodos del “fulbo nacional”.



“El Albo”

 

Es el apodo de All boys. El motivo del mote es, simplemente, por su nombre.



“Los bichos colorados”

 

Se lo conoce así a Argentinos Juniors, el club de la Paternal. El motivo es, simplemente, por el color de su camiseta. 

 

También se popularizó la idea que fue un medio nacional quien instaló el apodo a partir de un título que en la década del 50 que encabezó una noticia de la sección deportes: “¿Picaron los bichitos colorados?”.

 

“El Arse”

 

Arsenal de Sarandí debe ser uno de los pocos clubes que no tiene un apodo definido. Se lo conoce simplemente como “el Arse”, aunque éste no es un apodo sino el diminutivo de su nombre. 

 

También se los llama “los del Viaducto” en referencia a la forma de llamar a su estadio. Sus colores son una mezcla del celeste de Racing y el Rojo de Independiente.

 

“El taladro”

 

En 1940, Banfield hizo una muy buena campaña, consiguiendo varias goleadas (7- 3 a Atlanta, 6-1 a Tigre, 5-0 a Newell’s, 5-0 a Lanús), pero el apodo se concreta cuando luego de la victoria por 2-1 ante Independiente, el diario El Pampero escribió: “Banfield agujerea a los rivales?”. Con ese título, el apodo quedó sellado para siempre.



“El pirata cordobés”. 

 

A los hinchas de Belgrano de Córdoba se los conoce como «los Piratas». Dicen que tiempo atrás, los hinchas cuando viajaban para ver a su club donde jugara, hacían lío, robaban y armaban grescas. 

Una especie de «Piratas» futboleros que cambiaron el mar por la pelota.

  

 

«Xeneize» 

 

Fue el primer apodo de Boca, surgido por el origen genovés de sus fundadores (xeneize=genovés).

 

«Bostero» surgió del canto de los hinchas de River con motivo de las continuas inundaciones que sufría el barrio con las sudestadas. Otra forma hiriente de nombrar a sus clásicos rivales, que luego fue tomado por los propios hinchas de Boca como un motivo de orgullo y pasión.



“Pincharrata”

 

El apodo de Estudiantes de la Plata se generó por el experimento con ratas muertas que hacían normalmente en la universidad, como estudiantes de medicina, la mayoría de los integrantes del núcleo fundador del club en 1905.

 

Otra versión plantea el uso de “Pincharrata” como calificativo despectivo usado contra Felipe Montedónica, uno de los primeros hinchas que tuvo el club desde su fundación que trabajaba como empleado en un bar y en el Mercado Regional de la ciudad, donde se dedicaba, junto a su hermano, a espantar y pinchar, con un tridente, las ratas que se acumulaban en el lugar.

 

“El lobo de La Plata”

 

El apodo de Gimnasia y Esgrima, «Lobo», surge a partir de su campaña de 1962, cuando muchos equipos grandes perdían de visitante en El Bosque (donde se encuentra el estadio de Gimnasia). Esa constante se la asoció en versión libre con el cuento de Caperucita y el Lobo.

 

Por otra parte, «Tripero» es un apelativo recibido por los trabajadores de los frigoríficos de principio de siglo instalados en el por entonces barrio platense de Berisso. Como se había volcado mayoritariamente hacia Gimnasia, este club giró sustancialmente su caracterización social, la que desde su fundación había estado emparentada con los sectores de mayor alcurnia de la capital bonaerense.

 

El “tomba” de Mendoza

 

Godoy Cruz nació como institución en el año 1921. Tras afiliarse a la Liga Mendocina de Fútbol, fue uno de los clubes fundadores de la entidad madre del fútbol de la provincia. 

 

El comienzo de la competición fue segunda división y ese mismo año se obtuvo el ascenso a Primera. Durante el año 1933 se concretó la fusión entre el Club Sportivo Godoy Cruz y el Club Deportivo Bodega Antonio Tomba. Allí nació el actual Club Deportivo Godoy Cruz “Antonio Tomba”, de allí su apodo de «El Tomba».

 

“El globo”

 

El nombre y el escudo de Huracán (un globo aerostático con una H) se instituyó en homenaje al ingeniero argentino Jorge Newbery, que en 1909 piloteó un globo aerostático llamado así. De allí, por supuesto, viene su apodo.

 

También se lo conoce como «Quemero», nombre que surge de la proximidad en que se encontraba la cancha de Huracán con la Quema Municipal.

 

Los diablos rojos de Avellaneda

 

Es el mote de Independiente y también es otro de los apodos aportados por el periodismo, que en 1926 lo bautizaron al club de esta manera por el ataque endiablado que tenía aquel equipo con Canaveri, Lalín, Ravaschino, Seoane y Orsi. Luego, en 1938 otra línea de ataque quedó marcada para siempre en la historia del club: Maril, De la Mata, Erico, Sastre y Zorrilla.

 

«Rey de Copas» surge en la década del 70, debido a la gran cantidad de títulos internacionales conquistados por el Rojo. ?Traigan vino que copas sobran?, fue una de las banderas representativas. 

 

Granate

 

Es el apodo de Lanús y el motivo es pura y exclusivamente por el color de su camiseta, que durante su historia ha variado entre el violeta, púrpura y rojo oscuro.

 

La Academia

 

En los sus tiempos de grandeza, Racing Club protagonizó la proeza de ganar 7 campeonatos al hilo, casi insuperables en el mundo, con un plantel irrepetible en la historia del fútbol argentino. 

 

Para muchos, un ejemplo de caballerosidad y de buen juego, nace «La Academia». Contra ese glorioso equipo no pudieron, entre 1913 y 1919, los mejores representantes del balompié criollo.

 

Los Millonarios

 

En 1931, el fútbol argentino se hizo profesional, status que se logra tras una marcha de jugadores reclamando la libertad de contratación (algo que la FIFA termina reconociendo setenta años después).

 

En aquel campeonato, River había invertido la fabulosa cifra de 10.000 pesos (3.000 dólares según el mercado cambiario de la época) para adquirir el pase de Carlos Peucelle, un jugador símbolo no solo por su juego, sino también porque fue formador de cracks y autor de un libro maravilloso llamado Fútbol Todo Tiempo. River gasto ese año un total de 105.000 pesos (unos 30.000 dólares, cifra record para la época) en comprar jugadores. Por ello el periodista Hugo Marini, de Crítica, dio a River el apodo de Millonarios.

 

«Gallina» Este es otro de los apodos que al principio fueron utilizados como burla, de manera despectiva, pero que con el tiempo sus propios hinchas lo pasaron a tomar como un orgullo, sin importarle la connotación que conlleva. Entre las décadas del 50 y 70, River estuvo 18 años sin salir campeón, pero en 1966 llegó a una final de Copa Libertadores que perdió ante Peñarol de Montevideo. Por la forma en que se le escapó el partido en una final que parecía ganada, le valió el apodo de Gallina.

 

El Ciclón

 

El apodo de San Lorenzo de Almagro fue impuesto en el año 1932, por el periodista radial llamado Juan Marini, que lo bautizó así debido a que los jugadores corrían mucho, metían y llevaban por delante a cualquier rival. Debido a las goleadas que propinaba el club, surgió ¨El Ciclón de Boedo¨.

 

Tambien recibieron el apodo de «Los Cuervos» y se los llamó así, por la vestimenta del cura Lorenzo Massa, quien siempre se vestía de negro, y fue el inspirador de la fundacion del Club.

 

Olimpo de Bahía Blanca

 

«Aurinegro» el motivo es, simplemente, por los colores de su camiseta.



El matador

 

El origen del apodo de Tigre se remonta a comienzos de la década del ´70, cuando el club vuelve a utilizar el diseño original de la camiseta azul y roja a rayas verticales, y estaba de moda el equipo de «los matadores» de San Lorenzo.

 

El apodo quedó definitivamente instalado en los equipos del Club con la campaña de los campeones de 1979, que lograron el ascenso a Primera División.



El Fortin

 

El responsable del apodo de Vélez Sarsfield fue Hugo Marini, jefe de deportes del Diario Crítica. El 13 de marzo de 1923 asume Don Pepe Amalfitani como presidente de la institución, quien sería titular por 30 años, y el club alquila un terreno ubicado en la intersección de las calles Basualdo y Guardia Nacional (Villa Luro).

 

El estadio recibiría el nombre que actualmente identifica al mismo: “el Fortín”. El autor de esa denominación fue el periodista Hugo Marini, jefe de deportes del diario Crítica, y aludía a la apariencia de la canchita y a su fama de baluarte.



Cerveceros

 

A Quilmes se lo conoce como «Los cerveceros» por la identificación con la cervecería de la familia Bemberg.



Funebreros

 

A Chacarita se lo conoce con ese apodo y la versión más difundida es que en sus inicios la sede del equipo quedaba cerca del cementerio del barrio y muchos de los afiliados del club eran empleados del cementerio. De ahí el color negro en su uniforme y el apodo de “funebreros”.



Los Santos

 

San Martín de Tucumán es conocido así y su apodo deriva del apócope “San” en el nombre del prócer San Martín.

 

El Decano

 

Atlético de Tucumán se lo denomina así por su condición de primer club que se dedicó a la práctica del fútbol en la capital de la provincia.

 

Calamar

 

El apodo surge luego de que el periodista Antonio Palacios Zino calificó de «Calamares en su tinta» a los jugadores de Platense, debido a que se adaptan con gran facilidad al barro que se formaba en su cancha cercana al Río de la Plata, a la altura de Núñez.

 

Y así podríamos recorrer kilómetro a kilómetro toda la argentina encontrando nombres, apodos y momentos para contar. Un compañero periodista deportivo me dijo alguna vez “los apodos son relatos, símbolos y banderas». Son la forma más íntima de pertenecer. Porque en el fútbol argentino, nada es casualidad. Todo tiene una historia. Y cada historia, un hincha dispuesto a creerla”. Y vivirla, y hacerla eterna, cueste lo cueste.

Luciana Trincheri

RTS Medios