La película rosarina recorre 16 pueblos y ciudades de Santa Fe y Buenos Aires en el tradicional vehículo a vaivén. «Ir por los rieles para nosotros es ir por las venas de la región», dijo Leandro Rovere, uno de los directores, a RTS Medios.
Luz Herrera
RTS Medios

“La Zorra y la Pampa”, dirigida por los rosarinos Leandro Rovere e Ignacio Sánchez Ordoñez, es una película que invita a construir el entramado de historias que trae consigo las vías del tren que recorren nuestra provincia. Una invitación necesaria para repensar la importancia del ferrocarril para nuestra identidad colectiva.
Para atravesar la Pampa Húmeda Argentina, los directores construyeron una zorra ferroviaria a vaivén. Salieron desde Rosario hasta Espora, a 253 km, un pueblo en la provincia de Buenos Aires donde se celebra “La fiesta de la zorra”.
Las vías conectan a toda nuestra provincia santafesina. Del tren en muchos lugares solo quedan los rieles, pero ellos están ahí como una vía de comunicación que trae consigo historias y anhelos. Hay un deseo y una espera presente en todo el documental: que el tren vuelva a aparecer.
“La propuesta nos permite vincularnos y pasar un momento juntos, y, de alguna manera, ir construyendo algo entre todos. Llevar esta zorra de un pueblo a otro nos pone en una misión en común”, expresó Leandro Rovero a RTS Medios y agregó que “ir por los rieles para nosotros es ir por las venas de la Pampa Húmeda”.

Junto con su zorra, estos dos cineastas van pasando por distintas localidades e invitan a sus habitantes a hacer un tramo con ellos. Recorren pueblos y ciudades de Santa Fe y Buenos Aires como Pérez, Zavalla, Pujato, Casilda, Sanford, Chabás, Villada, Firmat, Melincué, Labordeboy, Wheelwrigth, Pergamino, Colón, Espora y Plomer. Todo se va entramando, entrelazando, para que las historias individuales de estas personas formen parte, poco a poco, de un retrato audiovisual de toda la región.

“La repercusión que tuvo me da la felicidad y la certeza de que, como santafesinos, merecemos tener nuestro propio cine. Merecemos tener nuestro lugar donde mirarnos y disfrutar”, expresó el cineasta al contar sobre el recibimiento de esta película, la cual tuvo 10 años de producción, y que tuvo su estreno en cada uno de los lugares donde se filmó.
En este documental, se retrata cómo nuestro tren de pasajeros, ahora en ruinas, habla de nosotros, de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que deseamos ser.


Fuente: RTS Noticias