La libertad de expresarse e informar

“El desafío de la prensa es dejar de idealizar modelos del pasado para volverse relevante para sociedad. Para eso debe dejar de pelearse con ella para interpretarla, orientarla y ayudarla a atravesar un momento único en la historia de la humanidad” Adriana Amado

Un día como hoy es un llamado a los gobiernos y sociedades a respetar su compromiso con la libertad de prensa y es también un día de reflexión entre los profesionales de los medios de comunicación sobre cuestiones de libertad de prensa y ética profesional.

Valeria Elías

RTS Medios

El Día Mundial de la Libertad de Prensa fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993 a raíz de una recomendación adoptada en la vigésimo sexta sesión de la Conferencia General de la UNESCO en 1991. Ésta, a su vez, fue una respuesta al llamamiento de los periodistas africanos, que en 1991 elaboraron la histórica Declaración de Windhoek.

La libertad de prensa es un ingrediente primordial en la sociedad democrática. Esto se debe a que permite que los medios de comunicación trabajen sin interferencia ni control gubernamental, lo que garantiza que la información circule libremente y que los ciudadanos tengan acceso a un amplio abanico de opiniones y perspectivas.

La Dra. Adriana Amado, Profesor Titular Universidad Camilo José Cela, Madrid, reflexiona sobre este día en particular. 

“Aunque nos parezca que la comunicación en red tiene toda la vida, no llevamos más que 10 años en que la tecnología de los teléfonos inteligentes nos permite un flujo de información mucho más intenso, en donde la voz de los periodistas que mantuvieron durante por lo menos dos siglos el dominio de la palabra pública, hoy compite con las voces de ciudadanos comunes, muchos de los cuales son profesionales, son especialistas, en temas con capacidad de llegar mucho más profundo que lo que puede hacer un periodista. Entonces, dicho esto, la libertad es muy desigual en cuanto a la red y la libertad no está determinada por el límite que me pone una discusión o el insulto de otra persona. Eso no es censura. La censura es aquella que viene del que tiene capacidad de acotar el discurso público. Lo que sí ocurre y es un fenómeno nuevo es que nos autocensuramos, en esa lógica en la que tememos o represalias del poder o, no tenemos todavía esa costra dura que exige la participación en el debate público, admitiendo que mi posición puede ser rebatida o puede ser discutida. Tampoco tenemos mucho conocimiento o no le dedicamos el tiempo que se requiere este nuevo espacio público digital, para administrar con quien queremos dar la discusión, acotando nuestra comunidad, excluyendo a aquellos que tienen comportamientos negativos. Lo que quiero decir con esto, es que llevamos muy poco tiempo en un nuevo escenario de la comunicación y todavía no sabemos muy bien cómo regular adecuadamente, pero libertad tenemos más que nunca en la historia de la humanidad” introdujo al tema la entrevistada.

Por este motivo, consultamos qué es hacer un periodismo responsable, con contenidos, Adriana Amado, opina: “¿Cuál es el mayor desafío que tiene el periodismo? El periodismo tiene un poco la obligación de estar mucho más atento a esos flujos de información, a las ventanas de atención que tiene la audiencia. En el siglo pasado era muy habitual pensar que el medio imponía una agenda y que la agenda era la que era determinada por la redacción. Después empezamos a ver que esa agenda la imponían las fuentes con capacidad de incidir en esa agenda, como la fuente política. Pero hoy lo que vemos es que, más allá de la agenda que pueda tener un medio en su portada, si la ciudadanía le da la espalda porque tiene otras inquietudes, esa noticia va a morir sin ser leída. Entonces creo que hay que aprender a hacer un balance entre aquello que debe ser sabido y aquello de lo que puede ser escuchado, es decir, un balance entre lo importante y lo interesante, que no son categorías excluyentes. Nada impide hacer interesante lo importante, pero hay que medir muy bien cuándo y cómo presentarlo”.

Libertad posible 

El trabajo cotidiano del periodista lo desafía a repensar la actualidad y poder presentarla de una forma más conveniente, convincente y profundizada en lo posible. Las redes cambiaron las reglas de juego tradicionales. 

“La verificación de la información- dice la entrevistada- no puede ser equiparada al control. Una empresa periodística tiene la responsabilidad de aportar información fehaciente y verificada. El problema es cuando se confunde con esas cuestiones y se llama verificación a lo que es limitaciones que se imponen por intereses económicos o políticos o por razones de supervivencia. Creo que en ese caso, deja de ser control cuando la limitación se comparte con el lector y decir: ‘bueno, no hemos podido cubrir esto o no estamos en condiciones de aportar otra mirada más que esta porque no accedemos a la información, porque las autoridades no lo permiten, porque hay un conflicto de intereses con un anunciante’. Yo creo que ese punto es el menos explorado en Argentina y contribuiría mucho a consolidar la confianza con los lectores, a ser transparente el proceso de producción de información, entonces convertir el control en transparencia”.

“Los periodistas tienen muchos más problemas ahora que antes. Y eso no necesariamente puede traducirse en mayor o menor libertad. Yo estoy a cargo del capítulo argentino de una investigación internacional que se llama Worlds of Journalism, es decir, mundos de periodismo, en donde tenemos datos que el principal problema que enfrentan los periodistas argentinos, no tiene que ver con las amenazas a la integridad física, ni los problemas que tienen que ver con las presiones psicológicas, ni las amenazas digitales, sino con las limitaciones financieras. Entonces, un periodista puede creer que tiene libertad porque abre un blog y empieza a informar, pero la información de calidad insume recursos, tiempo, y no necesariamente eso está disponible. Entonces, tener la posibilidad de ofertar contenidos no significa que esos contenidos van a cumplir con su cometido. Y ahí es donde los periodistas tienen que entender que su lugar en este siglo, no es el del siglo pasado, y no significa que no tengan valor, sino que esos valores periodísticos que aprendimos en la facultad ya no funcionan de la misma manera en este nuevo sistema, no solamente digital, sino en este ecosistema social, económico, y global” finaliza la doctora.

Fuente: RTS Noticias