La Casa San Cayetano es una organización sin fines de lucro que viene desarrollando una labor social importante, contener las partes más vulnerables de la sociedad de Rincón y Colastiné. Actualmente buscan expandir los servicios.
La Casa San Cayetano queda en la Vía Muerta, Colastiné Norte, y depende de la parroquia Nuestra Señora de Belén, que está sobre la ruta provincial 1, KM 2.7. La labor pastoral que se desarrolla en la casa tiene que ver con la formación, campos de trabajo, acompañamiento a enfermos, visitas a las familias de los reclusos, oración, formación bíblica y cristiana, celebraciones litúrgicas, etc. Trabajan desde la entrega del servicio sin mediar otras cuestiones, más que atender al prójimo en sus necesidades.

Valeria Elías
RTS Medios
El compromiso social del padre Axel Arguinchona trasciende los lugares de destino. Es uno de los párrocos con más visibilidad mediática, pero tiene que ver no solo con su carisma, sino con su labor pastoral y lealtad religiosa. El padre Arguinchona, en el transcurso de su vida sacerdotal, ha ejercido con humildad y predisposición el servicio pastoral y social en cada comunidad en la que ha evangelizado. Los proyectos que surgen desde la parroquia Nuestra Señora de Belén para la Casa San Cayetano trabajan para generar un futuro próspero para la comunidad de Colastiné, ampliando los servicios que se presentan a la sociedad.
“En la Casa San Cayetano, en este momento se está desarrollando la tarea de catequesis de los chicos.Tenemos también catequesis de adultos, copa de leche y un taller de costura. Si Dios quiere, comenzaremos con un taller de cocina y una huerta comunitaria. La semana que viene, se dictará un curso de capacitación para personas que quieran desarrollar la tarea de cuidar los adultos mayores y también, el próximo mes, comenzamos con el taller de alfabetización. Un centro, mejor dicho, de alfabetización para adultos para que terminen la escuela primaria, obviamente con certificado y luego, Dios mediante, también haremos el secundario. Por el momento es lo que estamos desarrollando, pero con las puertas abiertas también para cualquier iniciativa que pueda comenzar”, expresó el párroco.
“Lo que nos motivó a comenzar con el Centro de Alfabetización para Adultos- continúa explicando- es haber visto mucha gente que no ha terminado su ciclo primario, y luego continuaremos también con la secundaria. Además, los talleres, la huerta, son ámbitos en los cuales las personas pueden desarrollar sus capacidades y también, tener la posibilidad de generar un trabajo, un oficio. Y como sabemos que el trabajo es necesario para que una persona alcance su plena dignidad, es que también recordamos que junto a la evangelización, que es lo principal, llevar a las personas al encuentro de Cristo para alcanzar la salvación, también está la tarea de la promoción humana, porque la evangelización va de mano con la promoción humana, va todo, todo junto”.
Colaborar, ayudar y aportar
La Casa San Cayetano queda en la Vía Muerta, Colastiné Norte, y depende de la parroquia Nuestra Señora de Belén, que está sobre la ruta provincial 1, KM 2.7.
El padre Axel, como es conocido socialmente, comentó que “se puede colaborar en forma presencial dando el tiempo, que eso es lo más importante, el poder acompañar las distintas actividades que tenemos, con el tiempo que pueda tener una persona. Y si no también se puede ayudar económicamente, por ejemplo para el pago de la luz, los materiales que necesitamos para los distintos talleres. Pero, vuelvo a insistir, lo más importante son las mismas personas. Pueden directamente comunicarse al número de teléfono de la parroquia (0342 408-2397), que incluso la persona que está en la secretaría de la parroquia, que es la que tiene el teléfono, es una persona que también trabaja pastoralmente en la Casa San Cayetano. Así que no hay ningún inconveniente, directamente con ella van a poder evacuar cualquier tipo de duda y una persona que quiera acercarse, también les va a indicar los horarios que está la casa abierta”.
“Los servicios que prestamos están fundamentalmente dirigidos a las personas del barrio, porque de otros lados es difícil que vengan por la distancia, y como es para personas necesitadas, por ahí se complica. Pero obviamente si, por ejemplo, viene gente a hacer el curso, aquellos que quieren hacer un taller o venir a la escuela primaria o capacitarse para cuidar adultos mayores, pueden hacerlo. Son las personas más necesitadas que están o en la Vía Muerta o cerca de ellas. En la guardia también hay gente que quiere hacerlo, que queda bastante cerca. También las puertas están abiertas totalmente. Y los que se pueden sumar a trabajar, los que tengan muchas ganas de entregarse a Dios a través del prójimo”, finalizó el cura.

Un mensaje esperanzador
El padre Arguinchona comparte una reflexión respecto al trabajo que se realiza en la Casa San Cayetano y la vocación de servicio. En las palabras que son conferidas desde el libro sagrado, la Biblia, se ven reflejadas en el trabajo cotidiano de los hombres que en su caridad contribuyen con los que menos tienen y más necesitan, tiempo, atención y predisposición al servicio de las personas.
“En el Evangelio según San Mateo en el capítulo 25, hablando del juicio final, dice el Señor «Vengan benditos de mi Padre, tomen posesión del reino preparado para ustedes de la creación del mundo porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, enfermo y visitaron». Es el Señor que nos muestra las obras de misericordia hechas al prójimo que son hechas a Él mismo. Es eso todo lo que estamos viviendo en la Casa San Cayetano, como en todas las obras de caridad de la Iglesia, reconocemos en la caridad, en la virtud que se cosecha en el corazón de cada mujer de cada hombre que ama a Dios con todo el corazón, con toda su fuerza y que ama al prójimo como Cristo nos ha enseñado, cuando hablamos de caridad no es una acción social de una organización de beneficencia, sino que es una expresión del amor de Dios que se hace presente a través de una persona creyente que ha entendido su compromiso en la comunidad de creyentes, en este caso de la iglesia, y que se deja guiar por la fe que actúa por el amor.
Cuando hablamos de la caridad, que es lo que queremos hacer justamente en la Casa San Cayetano, significa entonces que, hablamos de una vocación que tenemos para mirar el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, la herida del prójimo que está tirado en el camino y tenderle una mirada de amor, como lo hizo Jesús con cada uno de nosotros. Por eso la propuesta es siempre hacernos presentes ante la persona que necesita ayuda, ante la persona que necesita el acompañamiento. Y recordemos que esta caridad que queremos vivir todos los días, no es un aprendizaje que se recibe en academias, no es una cuestión de una ciencia humana, sino que ante todo es fruto de la fe en Dios que nos enseña a amar al prójimo con el corazón de Jesús, sin cálculos humanos, reconociendo al mismo Jesús en todo lo que sufren.
Por eso, para los cristianos, las palabras de Jesús nos implican reconocer al mismo Cristo en cada persona abandonada o excluida. Esto es lo que intentamos hacer en Cáritas, en la iglesia, en todo el mundo, y concretamente aquí en nuestra querida casa de San Cayetano. Una caridad que nace de alguien contemplativo, que nos ponemos de rodillas frente al Señor y en la oración encontramos la motivación más profunda para volvernos al prójimo que está sufriendo. Qué bueno, ¿no? Que nosotros sepamos llevar adelante una vida espiritual intensa y como nos enseñaba el Papa Francisco, la altura espiritual de una vida humana está marcada por el amor, que es siempre el criterio para la decisión definitiva sobre la valoración positiva o negativa de la vida humana.
La caridad con su gran dinamismo puede construir un mundo nuevo, porque no es un sentimiento estéril, sino que es la mejor manera de lograr caminos eficaces de desarrollo para todos. Eso es lo que intentamos hacer en nuestra querida comunidad de la Casa San Cayetano”.
Fuente: RTS Noticias