En busca de un alivio y sanación 

El 11 de octubre de 2004 se reunieron en Ginebra (Suiza), la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP por sus siglas en inglés), la Federación Europea del Dolor (EFIC, también en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) como co sponsor y establecieron la fecha 17 de octubre como el Día Mundial contra el Dolor.

Valeria Elías

RTS Medios

La mayoría de las personas han sentido dolor alguna vez en su vida, ya sea por una caída, por una enfermedad o por algún malestar. De hecho, según las estadísticas, el 50% de las personas que acuden a recibir atención primaria, es por causa de algún dolor.

 

Pero, además, una de cada cinco de ellas sufre de dolor crónico y una de cada tres tiene dolencias tan graves que no pueden lograr tener una vida normal.

 

Se calcula, por ejemplo, que entre la mitad y las dos terceras partes de quienes sufren dolor no pueden hacer ejercicio ni dormir normalmente, además de que no siempre son capaces de desempeñar tareas caseras, conducir un auto, caminar, tener relaciones sexuales, ni participar en actividades sociales.

 

El origen del dolor puede ser múltiple. Las causas más frecuentes de dolor son el dolor mecánico articular, el lumbar, el cervical y el oncológico. El dolor, en función de su causa de origen o fisiopatología, puede clasificarse como dolor somático, visceral o neuropático.

 

El dolor somático es un tipo de dolor físico que con mayor frecuencia es causado por daño a los tejidos del cuerpo. Este tipo de dolor suele ser fácil de focalizar por el que lo sufre, y aumenta con los movimientos.

El dolor visceral es un tipo de dolor que se origina en los órganos del cuerpo. A menudo se describe como un dolor profundo, sordo y doloroso. El dolor generalmente es causado por una lesión o enfermedad en los órganos.

 

El dolor visceral puede ser difícil de diagnosticar porque a menudo es difícil determinar la ubicación exacta del dolor, y es difícil de focalizar.

 

El dolor neuropático es un tipo de dolor que ocurre cuando hay daño en el sistema nervioso. Esto puede deberse a una lesión, enfermedad o incluso a una cirugía. El dolor neuropático puede ser crónico y debilitante, lo que dificulta que los pacientes lleven una vida normal. El dolor neuropático puede ser difícil de tratar porque a menudo no responde bien a los analgésicos tradicionales. Sin embargo, existen algunos tratamientos mínimamente invasivos que pueden ayudar a aliviar el dolor neuropático.

 

Sobre este tema consultamos a la Dra. Pamela Ibis Lauría, especialista en clínica médica, especialista en cuidados paliativos y especialista en evaluación y tratamiento del dolor del Hospital Italiano de Buenos Aires. Trabaja como médica clínica paliativista y en medicina del dolor y en la parte de internación como interconsultora en sanatorio en diferentes especialidades, también realiza abordaje clínico de pacientes en salud mental en la sala de internación general del hospital Mira y López.

 

La especialista introduce sobre el tema “para comenzar hablando de dolor, primero vamos a definirlo como una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada o similar a la asociada, con daño tisular real o potencial. Para tomar en cuenta esta definición, se tuvieron consideraciones y esas consideraciones fueron, por ejemplo, que el dolor es una experiencia personal influenciada en diferentes grados por factores biológicos, psicológicos y sociales. El dolor y la nocicepción son fenómenos diferentes, el dolor no puede ser inferido solamente por la actividad de las neuronas sensoriales, las personas aprenden el concepto de dolor a través de las experiencias de la vida, por ejemplo si una persona manifiesta una experiencia dolorosa, esta debe ser respetada. Aunque el dolor usualmente cumple una función adaptativa puede tener efectos sobre la funcionalidad y el bienestar tanto social, como psicológico y una de las maneras para expresar el dolor es la descripción verbal, la incapacidad para comunicarse, no niega la posibilidad de que un ser humano o un animal, por ejemplo, experimente dolor; de ahí estamos hablando las personas que están en estado de coma o están en estado de inconsciencia en donde hay otros factores que podemos testear, por ejemplo, los signos vitales, para darnos cuenta de que padece dolor”.

 

Y sobre lo dicho, puntualiza “hablar de dolor es muy amplio, hay que caracterizarlo, definirlo, evaluarlo, para hacer después un diagnóstico y poder iniciar algún tratamiento. Los encargados de hacer esto son los médicos, yo te diría que el 70 o el 80% de las consultas son por guardia generalmente, lo que recomiendo contestándote es tener un médico clínico de cabecera en adultos o de familia, tanto adultos como niños o en niños algún pediatra, donde sean los encargados de dirigir un poco la batuta para donde arrancar y después ellos son los que, de acuerdo a su diagnóstico, derivará al especialista”.

Dolores y sus puntos claves


La especialista explica “vamos a clasificar el dolor en agudo y crónico. La diferencia entre ambos es la durabilidad del padecimiento. El dolor agudo es hasta tres meses y el dolor crónico es hasta seis meses o más. Y entre los tres y los seis, es el tiempo estipulado o esperado en que se resuelve la lesión que produjo ese dolor. Para dolor crónico, las personas que padecen dolor crónico, están atravesadas en general por padecimientos en salud mental que son mecanismos perpetuadores de dolor, como la depresión, la ansiedad y el insomnio, es muy importante abordarlos. Es muy importante la salud mental de todas las personas, sobre todo en las que padecen dolor crónico”.


Consultamos sobre alguna estadística sobre el tema en Santa Fe, y esto fue lo que dijo “desconozco si hay algún estudio acá en Santa Fe en donde se pueda demostrar o cuantificar cantidad y tipos de padecimientos. Yo hablo desde mi experiencia. En consultorio y tanto en internación, lo más frecuente son la artrosis, ya sea en columna, en caderas, en rodillas y toda la patología lumbar, en donde no se puede hacer tratamiento quirúrgico, las hernias discales o corrosiones de posturas y demás. Y después la fibromialgia. Son las tres grandes causas que yo veo que se cronifican. Y donde, a veces, es difícil tratar porque el paciente viene buscando magia y lamentablemente esta no existe”.


Sobre esto, también aclaró “en cuanto a dolor, está la escala de dolor de la OMS, en donde de acuerdo a la intensidad de dolor, uno los puede clasificar y al tratamiento farmacológico, obviamente, o al tratamiento que se va a instaurar, si es dolor moderado o severo, y de acuerdo a eso, uno va mezclando y haciendo, es muy artesanal el tratamiento, porque también va a depender si es un paciente adulto, si es joven, si es anciano, si tiene comorbilidades, si no, eso va a depender de cada persona. Se va eligiendo y también se va consensuando con el paciente qué es lo que quiere, porque muchas veces uno te dice, mira, yo quiero hacer esto y no quiero tomar pastillas y uno tiene que aceptar también lo que quiere el paciente”.


Ante el sufrimiento ajeno, ya sea por empatía o por ser cercano, los seres humanos tendemos a querer solucionar o colaborar con el bienestar o la mejora, por eso la doctora aconseja “primero y principal es escucharlo y creerle que le duele. Y después, yo siempre digo que primero lo tiene que evaluar un médico para caracterizarlo, para darle algún tratamiento y para derivarlo al lugar correcto. Porque el afectado cuando le duele algo, siempre empieza escuchando o busca ayuda en lugares donde no son los adecuados. Y la persona adecuada para evaluar y diagnosticar, es el médico, así como para dar algún tratamiento más adecuado para lo que se necesita”.


“Te diría que el 90% de las personas van a una guardia, porque es lo que más urgente y lo que más tienen a mano. Pero quiero que sepan que hay, no digo muchos, pero somos ahora bastantes profesionales en Santa Fe que tratamos el dolor, hay en los distintos sanatorios de Santa Fe, también algún especialista que lo hace. Está la unidad de dolor en el CEMAFE, que también pueden concurrir, lo pueden consultar en el CEMAFE, puede hacerlo por consultorio externo, desconozco si alguno de mis colegas hacen internación. En mi caso, sí hago internación como interconsultora, o sea, el paciente entra al sanatorio y si está dentro de mi especialidad, me mandan a llamar, me avisan que hay un paciente y voy a internación. Después nos vemos por consultorio externo o vemos la posibilidad de seguirlo, de ver cómo se puede solucionar” sugirió Lauría. 


Para concluir, la Dra. Pamela Lauría recomienda “como para enfatizar y como para hacer un cierre, quiero decirle a todas las personas, (se lo digo siempre a mis pacientes) que no hay que aguantar el dolor, hay que decirlo, hay que comunicarlo, no siempre nos van a creer pero hay que buscar a la persona idónea en este tema, que les vaya mal con un médico no quiere decir que todos los médicos somos iguales o no siempre enfatizamos de la misma manera. Para que el tratamiento sea óptimo tiene que haber una buena relación médico-paciente, por eso es necesario que cada familia tenga un médico de cabecera, un médico clínico, un médico generalista y de familia, los niños un pediatra, donde pueden hacer sus consultas y responder todas sus dudas y de ahí en más, después se va recorriendo el camino, depende de lo que cada uno tenga, no se aguanten el dolor, cuéntenos, comenten, con amigos, familia, comunicárselo, expresandolo”.


“Busquen un médico clínico, tanto en forma personal o en la familia, un médico de cabecera, o generalista de familia, y en los niños un pediatra, con los cuales puedan consultar y sacarse todas las dudas que tengan, que tengan una buena comunicación, que tengan una buena relación médico-paciente, es muy importante eso, que se sientan cómodos con su médico, de poder consultarles y decirles lo que a ustedes los preocupa. Ese es mi aporte. Espero que les sirva y estoy a disposición de la comunidad” concluyó la médica.

Fuente: RTS Noticias