En el marco de la Semana del Parto Respetado se busca concientizar acerca de que madres y bebés tengan una atención centrada en los derechos y el cuidado.

La Semana del Parto Respetado se lleva a cabo desde este martes hasta el 19 de mayo y se trata de una oportunidad para reflexionar, visibilizar y promover prácticas de atención que garanticen los derechos de las personas gestantes, sus bebés y sus familias.
El parto respetado se trata de un modelo de atención que pone en el centro a la persona en el momento del parto, implica escuchar sus decisiones, respetar sus tiempos, brindar información clara y permitir que viva ese momento con autonomía, acompañamiento y seguridad. También significa evitar intervenciones innecesarias como cesáreas sin justificación médica, y garantizar un entorno cuidado y humano: América Latina y el Caribe cuentan con la tasa más alta de cesáreas (42,8%).
El respeto durante el parto también se expresa en el reconocimiento y cumplimiento de derechos fundamentales, ya que, la persona gestante tiene derecho a ser informada y a decidir sobre los procedimientos que se le realicen, a elegir quién la acompaña, a recibir un trato digno, libre de violencia y de discriminación.
Por su parte, el recién nacido tiene derecho al contacto piel a piel inmediato, a ser amamantado si así lo desea la persona gestante, y a no ser separado innecesariamente. El rol del equipo de salud es fundamental: deben acompañar con empatía, actuar con responsabilidad profesional y garantizar que se respeten estos derechos en todo momento.
Además, la violencia ginecobstétrica es una forma de violencia institucional que se manifiesta a través de prácticas que deshumanizan, infantilizan o vulneran los derechos de las personas gestantes durante el embarazo, el parto y el posparto. Puede incluir desde comentarios humillantes o trato despectivo hasta intervenciones médicas innecesarias realizadas sin consentimiento informado como tactos reiterados, episiotomías sistemáticas o cesáreas sin justificación.
Esta forma de violencia, muchas veces naturalizada, afecta la salud física y emocional de quienes la padecen y refuerza desigualdades de género dentro del sistema de salud. Reconocerla es el primer paso para erradicarla y avanzar hacia una atención más respetuosa, centrada en el cuidado, la autonomía y la dignidad de cada persona.
“Esta semana busca generar conciencia sobre la importancia de un parto basado en el respeto, no solo como una elección personal, sino como un derecho” señaló la Dra. Valeria Valko, ginecóloga de Ospedyc, quien añadió: “En Argentina, la Ley Nacional N° 25.929 de Parto Humanizado establece estos derechos desde 2004, aunque su aplicación aún presenta desafíos”.
La especialista indicó luego: “Al día de hoy, aún persisten situaciones en las que no se respetan las decisiones de las personas gestantes, se practican intervenciones sin consentimiento informado o se limita el acompañamiento durante el parto. Para superar estos obstáculos, es importante la formación continua del personal de salud, la implementación de protocolos claros en instituciones públicas y privadas, y el empoderamiento de las personas gestantes para que conozcan y exijan sus derechos”.
Fuente: Noticias Argentinas