El mensaje de Benjamín Vicuña a 13 años de la muerte de su hija Blanca

El actor le dedicó unas palabras para homenajearla.

El 8 de septiembre de 2012, murió Blanca Vicuña, la hija de Carolina “Pampita” Ardohaín y Benjamín Vicuña, de solo 6 años, por una neumonía hemorrágica.

En cada aniversario, su padre le dedica un mensaje y así ocurrió este 8 de septiembre que el actor chileno eligió un video de su hija para compartir con sus seguidores un mensaje.


Cabe destacar que Benjamín Vicuña recopiló varios de sus escritos y los transformó en un libro con el cual ayuda a aquellos que estén transitando un duelo.


El mensaje de Benjamín Vicuña:


“Blanca: estas palabras ya las dije, estos recuerdos ya los tuve, se acaban, se pierden. Y yo, como un guardián de la memoria, sigo estoico en la puerta esperando tu respuesta. Un guardián que esperó demasiado, un guardián al que le aprieta el traje.


El frío me penetra hasta los huesos, pero me resisto a cerrar la puerta de la eternidad.


Por eso escribo estas palabras, para no olvidar, para dejar la puerta abierta y que corra el viento.


Sigo escuchando el eco de tu risa en la risa de tus hermanos, sigo leyendo señales, sigo hablando solo; dialogo con la música, con los colores, con los pájaros y con las sombras. Le pregunto a los amaneceres si han visto tus zapatos tirados por ahí.


A veces puedo ser la voz de la tribu aterrada por el misterio de la muerte, más cuando aparece robando zapatos pequeños.


Un año más que se pierde en el relato del tiempo, pero acá estoy, más viejo y más fuerte, honrando tu nombre, tu nobleza y la alegría que iluminó cordillera y mar, que pudo enseñar a amar y también llorar.


Acá estamos, honrando la vida, de pie, sonriendo, pero con los ojos cansados de vigilar, sosteniendo el peso de la memoria y tu legado inmortal”.

Benjamín Vicuña on Instagram: «Blanca Estas palabras ya las dije, estos recuerdos ya los tuve, se acaban, se pierden. Y yo como un guardián de la memoria, sigo estoico en la puerta esperando tu respuesta. Un guardián que esperó demasiado, un guardián al que le aprieta el traje. El frio me penetra hasta los huesos pero me resisto a cerrar la puerta de la eternidad. Por eso escribo estas palabras, para no olvidar, para dejar la puerta abierta y que corra el viento. Sigo escuchando el eco de tu risa en la risa de tus hermanos, sigo leyendo señales, sigo hablando solo, dialogo con la música, con los colores, con los pájaros y con las sombras. Le pregunto a los amaneceres si han visto tus zapatos tirados por ahí. A veces puedo ser la voz de la tribu aterrada por el misterio de la muerte, más cuando aparece robando zapatos pequeños. Un año más que se pierde en el relato del tiempo, pero acá estoy, más viejo y más fuerte, honrando tu nombre, tu nobleza y la alegría que iluminó cordillera y mar, que pudo enseñar a amar y también llorar. Acá estamos honrando la vida, de pie, sonriendo pero con los ojos cansados de vigilar, sosteniendo el peso de la memoria y tu legado inmortal.»

Fuente: Noticias Argentinas