Hoy se celebra el Día Internacional del Jazz en más de 190 países. Esta música, con sus diversos estilos, ha sido adoptada y asimilada por innumerables culturas, metamorfoseando en nuevos modos de expresión, en una resonancia infinita con la diversidad de cantos y sonidos del mundo.
Valeria Elías
RTS Medios

Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), Ciudad Creativa de la Música de la UNESCO, será el vibrante centro de esta celebración mundial. El Día Internacional del Jazz 2025 contará con miles de eventos en pequeñas y grandes ciudades de todo el mundo, desde actuaciones íntimas hasta conciertos multitudinarios en los principales centros culturales. Artistas, educadores e instituciones de todo el mundo organizan clases magistrales, sesiones de jam, mesas redondas y talleres educativos que reflejarán el profundo impacto del jazz como fuerza unificadora.
Argentina no es la excepción en cuanto a adquirir la cultura del jazz, contrario a lo que muchos creen, hay una trayectoria de esta música en el territorio del país. Incluso, actualmente, se realizan diversos festivales y encuentros de jazz en distintas provincias, incluyendo Santa Fe, que cuenta con una de las bandas más antiguas, la Jazz Ensamble.
Para saber más sobre este tema, RTS Medios se contactó con Roberto Zavalla, periodista especializado en jazz, creador de Amigos del jazz argentino.
El periodista comienza comentando su trayectoria: “Amigos del jazz argentino, lo tengo registrado con patente, cada 10 años la renuevo. Recorrí muchos festivales de jazz en todo el país, también Uruguay y Paraguay, algunos eran festivales de jazz tradicional, otros de música de jazz de distintos estilos, con vocalistas, con cuartetos, tríos, solistas, pianistas y por supuesto, los festivales escuelas el de Trombonanza es un festival escuela, y el de Isla Verde es otro festival escuela. Trombonanza es de bronces y por supuesto, trombones, eufonios y tubas, el de Isla Verde, tiene también de bronces, pero suma trompetas, cornos, que no tiene Trombonanza. El único comunicador informativista de este género, ese sería el nombre correcto en el ambiente de la música y de la radio, sobre noticias bellas, es decir, presentaciones, fallecimientos, festivales, grabaciones que salían, llegué a tener un promedio que lo mantuve durante mucho tiempo de unas 130-140 noticias semanales. Como salía por distintas radios y algunos de los programas se repetían en otros horarios, me moví bastante desde 1989 hasta el 2021. Recorrí más de 100 radios AM y FM en todo el país, armando programas, musicalizando, especialmente esto lo hice en los últimos tiempos, también me pedían algunas radios para hacer micros con mi voz y con la música que yo les enviaba”.
Respecto a cómo llega el jazz a Argentina, el periodista respondió “en la década del 20 llegaban los barcos y en algunos barcos se hacía música de jazz, también los marineros traían partituras y las empezaron a buscar los músicos argentinos, entre ellos, por ejemplo, René Cospito, pianista del siglo anterior. Y él y otros, yo tengo un caso de familia, Roberto Luscioni, mi abuelo materno, que tuvo la orquesta La Dalia, década del 20 y principio del 30, él falleció muy jovencito, eran las orquestas que hacían tango y jazz, es decir, había bandoneón, violín (que era él), piano, contrabajo, pero del otro lado estaba la trompeta, la batería, el saxofón y así se hacían los bailongos de aquellas décadas”.
“Bandas como Santa Paula Serenaders, Héctor Lagna Fietta, Ken Hamilton y su band Boys La González jazz band, otro Eleuterio Iribarren, otro es Band Sam Liberman, Eddie Kay y su Alabama Jazz, Joey Rispoli y su conjunto de reyes, son bandas viejas de la década del 30, del 40 no sé si te había dicho Harold Mickey, Ray Nolan y su moderna Dixieland con la figura de Marito Cosentino como solista, clarinetista. Otra orquesta ya de la década de fines del 40 y 50, Osvaldo Norton, Eduardo Armani y su orquesta. Y otra banda que era Ahmed Ratip y sus Cotton Pickers. Astros Argentinos del Jazz, grabaciones de 1940. Creo que Rudy Ayala y su orquesta. De cantantes estaban Lois Blue, Blackie, Ángel Boyce y sus muchachos, Francisco Lomuto y su orquesta, también Raúl Sánchez Reynoso, Atilio Bruni, el otro era Emilio Barbato” recuerda Roberto.
Luego continúa enumerando “Y ya para décadas de 50, 60, Héctor y su jazz, por ejemplo, así con un nombre propio, o la Jazz Casino, otra orquesta argentina, muy buena, la verdad que muy buena. Otra orquesta, Arturo de la Riestra y su orquesta de jazz. Elio Rietti, Avilés Jazz Band, Eduardo Armani. Todos tocaban en confiterías o en bailes. La Santa Anita, Ritmo en el Alma, un septeto buenísimo, Los Bambucos, Varela Varelita, Barry Moral”.
¿Por qué me apasiona el jazz?- repite la pregunta- “No sé. La música la escucho y comienzo a marcar con mi pie izquierdo, mi pie derecho, el ritmo, y si no, batiendo palmas o silbando el tema, la melodía, o a ver, o marcando con las manos arriba de la mesa, es decir, haciendo la base del ritmo, imitando en una forma muy precaria a la batería”.
Para Roberto Zavalla, el jazz “Lo que tiene son los arreglos, los solos. El músico toma su instrumento y se inspira y sobre esas notas, con el ritmo del tema, ya sea lento, a medio o rápido, y saca esa esencia que está escondida en algún lugar de nuestra mente y que logramos de esta manera poder hacer los solos, parecidos pero no igual. Parecidos la toma 1 a la toma 2, pero no es igual, por eso muchas veces, cuando se comenzó a grabar allá en la década de fines del 10 y la década del 20, qué sucedió, que se hacía toma 1 y se han hecho hasta 7 y 8 tomas, que han quedado y algunas pasaron acetatos a los famosos discos de RPM (revoluciones por minuto), 78 revoluciones por minuto y algunas han quedado, toma 1, toma 2, toma 5 y otras han quedado en el olvido en las editoriales de música, en las grabadoras y se han perdido. Pero no hay escrito los solos. Si bien los solos, se pueden escribir, eso lo he visto hacer maestros de acá de la Argentina, por ejemplo, Tony Salvador, estar en un festival y escribirle una hojita pentagramada a un músico y decir, ‘toma, hacete este solito, y generalmente no se repiten, no se repiten. Esa es la cosa linda del jazz, la improvisación”.
Para terminar, este entrevistado sugiere agregar “Como otro dato informativo, esto está sacado de discos de pasta de 78 RPM, y algún coleccionista en su momento decidió armar, luego cuando aparecieron los CD, en la década de fines del 80 y del 90, armaba refritos y entonces en un CD en 60 minutos ponía, 20 temas de 3 minutos cada uno, de distintas orquestas, e iba bajando los discos de pasta. Con un trabajo técnico no muy elevado, sino con un sistema que mejoraba el ruido a púa, sacaba un poco ese famoso ruido a púa, que a los coleccionistas les encanta. Porque a veces escuchas ruido a púa y dos notas descolgadas por ahí atrás, y usaba el sistema Dolbay A y B pero claro, te saca un poco la música, te la come un poco a la música pero te recorta los ruidos a púa”.