“Los Últimos”, del director paraguayo Sebastián Peña Escobar, es una travesía visual y emocional a través del Gran Chaco. A través de la mirada de una dupla de científicos y del propio realizador, el documental se convierte en una aventura ecológica atravesada por la pérdida y la resistencia, combinando el registro poético con la urgencia de un planeta en peligro. La cita para descubrir esta obra, en el ciclo sobre Atlantidoc, es este viernes, a las 22hs, por nuestra pantalla.
La segunda temporada de “Atlantidoc” se compone de una selección realizada por el Festival Internacional de Cine Documental del Uruguay, que en 2025 celebra su 19° edición. Gracias a la cooperación de este certamen, una selección de películas iberoamericanas llega a la pantalla de Radio y Televisión Santafesina (RTS).
La provincia de Santa Fe no es ajena a la tradición del cine documental. Desde sus
comienzos en la década de los 50, el Instituto de Cinematografía de la Universidad Nacional del Litoral sentó las bases de un quehacer audiovisual impulsado por las problemáticas contemporáneas y comprometido con las necesidades del pueblo.
Algo similar ocurre con el documental “Los Últimos”, ópera prima del director y
productor paraguayo Sebastián Peña Escobar, un trabajo que ya carga con
reconocimientos internacionales por fuera de Latinoamérica.
La premisa de “Los Últimos” busca reflejar la urgencia de su mensaje a través de un
montaje similar al de los apuntes cinematográficos que hemos visto en filmografías como las de Pier Paolo Pasolini. Un viaje literal y simbólico a través del Gran Chaco, una región localizada en la zona occidental de Paraguay, que actualmente se encuentra en riesgo por la deforestación y los incendios forestales.
El recorrido es acompañado por las conversaciones, los debates internos y las
sensaciones de sus protagonistas: un entomólogo de origen alemán y un ornitólogo paraguayo, que a su vez es tío del realizador del documental, quien, durante casi 18 años, realizó constantes viajes al Chacho junto a la dupla de científicos.
A partir de estos viajes de observación y registro, y movilizado por la idea de retrar los últimos bosques vírgenes de Paraguay antes de su desaparición, se construye esta producción; una verdadera saga de aventuras, que en sí misma funciona como una larga conversación sobre el futuro de los bosques y de la raza humana, resaltando en diversos momentos nuestra irónica y cíclica naturaleza de creación y destrucción.
Con una extensión estimada que supera el millón de kilómetros, el Chaco Paraguayo alberga vegetación y numerosas especies nativas que hoy por hoy se encuentran en una situación límite, provocada por el cambio climático y, en general, por la acción del hombre sobre la tierra.
Los viajes de Peña Escobar se convierten en una entrañable “road movie” que fusiona las maravillas de los paisajes autóctonos con una mirada que, aunque cercana al desastre, conserva esperanza y se permite varios momentos de humor.
El resultado, una obra que ofrece una perspectiva única, guiada por dos protagonistas que parecen los últimos guardianes de una forma ancestral de sabiduría ecológica, también en peligro de extinción.
Y desde una perspectiva técnica, el documental también posee un notable desarrollo visual. Los paisajes, imponentes y desoladores por igual, se destacan gracias a un diseño fotográfico evocativo que, además de aportar efecto dramático, resalta el carácter urgente de “Los Últimos”.
Así, la película de Sebastián Peña Escobar es una demostración de cómo el género documental comulga con las realidades de los pueblos, mientras abre una ventada a formas alternativas de ver cine.
Fuente: RTS Medios (Hernán Ceccato)