El empresario y dirigente católico se distinguió por su vínculo con el trabajo, la familia y los derechos laborales.
El ingeniero y empresario argentino Enrique Shaw será beatificado por el Vaticano, en un proceso que lo acerca a convertirse en el primer santo empresario del mundo.
Shaw fue uno de los fundadores de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa y participó en la creación de la Universidad Católica Argentina. A lo largo de su vida sostuvo una visión del rol empresarial vinculada al bienestar de los trabajadores y al cumplimiento de derechos laborales, incluso en contextos económicos adversos.
“Decide ser empresario porque quiere ayudar a su gente”, señalan los testimonios que destacan su concepción del trabajo como una tarea colectiva y su compromiso con quienes integraban sus empresas.
Desde el ámbito religioso y laboral, se remarcó que Shaw priorizaba el empleo como eje del sistema productivo. “No tomar como primera decisión que la variable de ajuste sea el trabajo es lo que el Papa rescata en su figura”, aseguran.
La beatificación se produce en un contexto de debate sobre reformas laborales en Argentina. En ese marco, también se recordó que el reconocimiento del Vaticano se apoya en un milagro atribuido a su intercesión, vinculado a la recuperación de un niño que había sido declarado con muerte clínica.