Todos los 10 de octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una iniciativa destinada a aumentar la conciencia sobre los problemas de salud mental y a combatir los mitos y estigmas que los rodean.

Valeria Elías
RTS Medios
La conmemoración busca derribar estigmas, promover el diálogo abierto sobre trastornos mentales y recordar la importancia de cuidar la salud psicológica tanto como la física.
El lema oficial del Día Mundial de la Salud Mental de este año es: “Es hora de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”.
En un comunicado, la OMS destacó que los lugares de trabajo seguros y saludables ayudan a proteger la salud mental, “mientras que las condiciones poco saludables, la estigmatización, la discriminación y la exposición a riesgos como el acoso y otras condiciones de trabajo deficientes son riesgos importantes”. La OMS señala que si se tiene en cuenta que “el 60 % de la población mundial trabaja, resulta urgente tomar medidas para que el trabajo prevenga los riesgos para la salud mental y la proteja y fomente”.
Los problemas de salud mental tienen un impacto directo en los lugares de trabajo al aumentar el ausentismo, reducir la productividad y aumentar los costos de la atención médica.
Dentro de los estados afectivos y emocionales se incluyen el malestar psicológico, el sentimiento de infelicidad y el déficit de apoyo social estructural. Los valores anuales de malestar psicológico como la ansiedad y depresión, sin indicar patología o trastorno, desde 2010 muestran una tendencia creciente con valores que se encuentran desde 18,4% en el primer año hasta alcanzar el 25,4% en 2022. En el 2023, alcanza su pico máximo con un valor de 26,7%, donde se manifiesta en 1 de cada 4 personas.
Además, este estudio revela que las personas que padecen estas enfermedades de salud mental, ocupa en ellas un sentimiento de infelicidad, lo cual muestra el estado de bienestar personal y satisfacción que tienen sobre su vida con valores que oscilan entre el 11 y 14%.
En términos generales, en el periodo 2010-2023 los grupos que poseen características estructurales de mayor déficit son aquellos que expresan mayores carencias en las capacidades socio-afectivas. Estos valores duplican e incluso triplican las tendencias respecto a personas de condiciones socioeconómicas más favorables.
La llegada del último trimestre del año suele ir acompañada de una serie de emociones encontradas. Mientras algunos esperan con ansias las festividades y el cierre de ciclos, otros experimentan un aumento significativo en los niveles de estrés y ansiedad. Las presiones sociales, laborales y académicas se intensifican, generando un cóctel perfecto para que la salud mental se vea afectada.
La búsqueda incesante de la perfección, la comparación con los demás y la autoexigencia desmedida se convierten en factores desencadenantes que puede llevar a una sensación de desbordamiento, afectando tanto el bienestar emocional como físico de las personas.

Más de cerca
Conversamos con Juliana Rebelles, licenciada en Psicología de la Universidad Autónoma de Entre Ríos de la UADER, trabaja actualmente en el Hospital JM Cullen, en las Guardias Soportes de Salud Mental de Hospitales Generales, en consultorio privado y es docente en la Universidad de Entre Ríos.
Ella comenzó diciendo “hoy en el día de la salud mental está bueno que se hable al respecto de eso y a la vez, que se empiece a registrar como un problema sanitario muy importante actual, si bien es algo de lo que se viene tratando y hablando hace tiempo, la ley de salud mental es del año 2010, le seguimos diciendo la nueva ley de salud mental, pero es una ley que ya tiene sus años”. Continuó “si bien hace tiempo venimos hablando de esto actualmente en los últimos dos años, te diría en el último año, hay algo de la salud mental que se ha agudizado, las problemáticas son cada vez más complejas y las tasas de suicidio, las tasas de consumo problemático son elevadas estadísticamente, también hay algo ahí que se refleja, cada vez hay más casos y cada vez los casos son más complejos. Cuando decimos salud mental hablamos de un proceso muy complejo que tiene múltiples atravesamientos, no solamente es la parte psicológica y biológica, sino también la parte social, la parte económica, la parte política, sanitaria, un montón de puntos en conexión que hacen a lo que llamamos ‘salud mental’; es un proceso complejo que no tiene que ver con bienestar o estabilidad, sino con esta complejidad de la que te hablaba en relación a los atravesamientos”.
“Es decir,-siguió exponiendo- la salud mental no es un estado de pleno bienestar, sino que es un proceso complejo en donde intervienen múltiples variantes. Cabe decir, somos seres sociales, a pesar de que se intenta todo el tiempo de pensarnos como individuos, somos seres sociales que siempre dependemos y estamos atravesados por lo que pasa en nuestra sociedad y con nuestros otros. Entonces es un proceso de mucha complejidad que no solo tiene que ver con el bienestar individual”.
Entonces, le pedimos consejos, y ella aclaró “cuando me decís qué consejos daría para una salud mental apropiada, es muy difícil hablar en términos de consejo, pero la recomendación es siempre apostar a tener ‘otros de cuidado’. Cuando hablo de ‘otros de cuidado’, no solamente hablo de otros que nos rodean ya sean familiares, amigos, vínculos afectivos importantes y que hagan de sostén, sino también y cuando sea necesario un espacio terapéutico en donde poder trabajar los desencadenantes de malestar, para en todo caso, prevenir que el malestar se potencie y que se agudice. Esa sería mi recomendación”.
Sin dudarlo, se expidió “y por otro lado también hay algo muy actual que tiene que ver con la hiperestimulación, la sobreinformación, es decir, estamos todo el tiempo recibiendo estímulos de información, de la que sea, y parece ser urgente poder encontrar momentos de pausa, de refugio, de todo esto, porque todos los síntomas de la época tienen que ver también con esto tan actual, la ansiedad, la depresión, los consumos problemáticos, todas estas sintomatologías se asocian con el modo en el que vivimos y con los tiempos que corren actualmente”. “Entonces es importante también poder encontrar para cada quien lo que hace de refugio a esta sobrecarga de estímulos, de información, de noticias, de recetas, de consejos. Es necesario pausarnos un momento al menos y que cada quien encuentre el lugar que le permita eso. Bajo mi perspectiva, yo trabajo desde la lógica del psicoanálisis el espacio terapéutico es un espacio en donde la idea es que se pausen toda esta serie de de estímulos que te decía, y que cada quien pueda encontrar sus propias preguntas, sus propios atravesamientos, sus propias cuestiones que les hacen bien, que les hacen mal, por esto, el espacio de análisis a mí me parece que es un lugar muy potente para eso”.
Para culminar, dijo “hay un autor conocido como el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, que decía que la salud para él, la salud mental podemos decir, es cuando una persona puede amar y trabajar. Lo cual, actualmente, yo creo que estos dos factores, tanto el trabajo como lo amoroso, están atravesados mucho por una lógica individualista, fragmentada, en donde todo se ha precarizado. Tanto las condiciones laborales como las condiciones de los lazos, así que en todo caso, volver a pensar lo amoroso y volver a pensar lo laboral, me parece que es una buena pista para pensar la salud mental y para pensar un horizonte más vivible”.
Fuente: RTS Noticias