Desde el Taller Ecologista advierten que los lixiviados del relleno sanitario se filtran hacia canales que desembocan en el Ibarlucea, Ludueña y el Paraná. “Lo que vemos es que salen líquidos sin tratar”, señaló Mirko Moskat.
El basural de Ricardone, que recibe mil toneladas de residuos diarios y ocupa 40 hectáreas, está generando líquidos contaminantes que terminan en cursos de agua cercanos. Así lo denunció el Taller Ecologista, a partir de observaciones en el lugar y análisis del funcionamiento del sistema de tratamiento de lixiviados.
“Estos líquidos se producen por la humedad de los residuos y por la lluvia, arrastrando sustancias que están en la basura”, explicó Mirko Moskat, integrante de la organización. Según afirmó, el sistema actual no estaría logrando contenerlos completamente.
Los lixiviados, que deberían ser tratados antes de salir del predio, estarían filtrándose por dos vías: porque el sistema de tratamiento no da abasto o porque existen circuitos externos al sistema formal. En ambos casos, los líquidos terminan en canales perimetrales.
Esos canales, según Moskat, conectan directamente con los arroyos Ibarucela, Ludueña y el río Paraná, lo que representa un riesgo para el ambiente y la salud pública. “Imaginemos eso mismo en una montaña que acumula mil toneladas de residuos nuevos cada día”, agregó.
Desde el Taller Ecologista solicitaron que se refuercen los controles y se revise la capacidad del sistema de tratamiento para evitar que el problema continúe.
Fuente: RTS Medios