“Del oral trabajador/ Su celebración hoy es/ de julio este veintitrés/ Feliz día Payador”, expresa Francisco Ojeda

A partir de 1996, cada 23 de julio se celebra en la Argentina el Día del Payador para rememorar una histórica payada de 1884 entre el uruguayo Juan Nava y el argentino Gabino Ezeiza. En la provincia de Santa Fe, también existen rimeros musicales.

Valeria Elías

RTS Medios

El origen del Día del Payador se remonta al 23 de julio de 1884, día en que hubo una histórica payada entre el uruguayo Juan Nava y el argentino Gabino Ezeiza en la localidad uruguaya de Paysandú. Desde entonces, todos los 23 de julio se celebra en la Argentina el Día del Payador. Este día festivo fue declarado oficialmente en 1992, aunque la primera vez que se celebró fue en 1996.

 

 

Un payador es quien realiza una payada, una forma de expresión cantada, poética e improvisada. Habitualmente, la payada se acompaña con una guitarra y tiene versos octosílabos. El tema se presenta en los primeros cuatro versos y se desarrolla en los seis restantes. En las payadas, el payador suele cantar sobre la cotidianidad.

 

 

Francisco Ojeda, payador santafesino de 25 años, reservó unos minutos para responder en RTS Medios unas preguntas sobre su profesión artística.

 

 

Sobre el por qué eligió ser payador comentó: “Siempre tuve admiración hacia los payadores, al repentismo, a esa inmediatez, a la pintura del momento en versos improvisados que se escribían en la mente y lo volcaban en los versos junto a su guitarra, siempre tuve esa admiración y ese respeto para el payador. Y no sé si yo elegí ser payador, sino que un día me di cuenta que tenía esa capacidad de improvisar versos, fue después de mucho trabajo, lo fui puliendo y acomodando y mejorando, y aún se sigue mejorando”. 

 

 

“Seguimos encontrando algunos errores –continuó el músico– en los cuales trabajamos para acomodar los versos y para brindar al pueblo lo que en realidad el pueblo se merece, lo que el pueblo espera de un payador. Así que todavía seguimos trabajando para ser payador”.

 

 

Y agregó: “Lo que me inspiró siempre fue el modo en que el payador le daba voz a los que no tenían voz, como muchas veces se escucha decir, y yo pienso y aseguro que es así, porque el payador dice lo que tal vez un peón de campo quisiera decir, lo que un puestero, un trabajador por día quisiera decir, que muchas veces en silencio andan haciendo patria, y el payador tiene la capacidad de en verso contar cuáles son las vivencias de la gente de campo, cuáles son las penas y las alegrías, también las cuenta.”

 

Para finalizar su idea, concluyó: “Ese sentirme reflejado cuando un payador hablaba, me llevó a ese amor y a querer también decir como ellos decían. Hoy creo que formo parte también del colectivo payador, gracias a Dios y por suerte también, porque sé que es un arte que no es muy fácil, pero cuando uno ama lo que hace y hace lo que ama, creo que las cosas son un poco más llevaderas”.

El oficio de las rimas 

En la facilidad de la palabra y el conocimiento de sus sonidos, el payador dice, calla y convida con su guitarra. “El trabajo del payador, como lo dije anteriormente, desde mi punto de vista, es contar lo que el pueblo quiere contar, porque muchas veces no tiene los medios o la manera de contarlos. Contar siempre lo bueno, lo malo, de lo que el pueblo quiere decir como queja, por eso nos quejamos, decimos también lo que quiere agradecer, y agradecemos, yo creo que ese es el trabajo. En cuestiones remunerativas, no me hice payador para cobrar algo. Siempre digo: que soy aquel que mucho cuida el arte del payador, que en mí empezó por amor y hoy me defiende en la vida, después tengo la suerte de recibir una remuneración, por hacer lo que a me gusta, creo que esa es la parte linda de poder trabajar de lo que a uno verdaderamente le gusta, como seguramente usted, que es periodista y trabaja y quizás puede vivir de lo que trabaja, esa es una parte muy linda que yo encuentro siendo un trabajador payador”, expresó el entrevistado. 

 

 

En cuanto a la improvisación, el jóven poeta dijo: “El trabajo con la improvisación es cien por ciento la espontaneidad que afloran en el momento y la chispa de la inmediatez que necesitamos como payador. Es un poco de inspiración del momento, de estar con las ganas, energía y entusiasmo, porque a veces los transpiramos a los versos, como alguna vez escuché decir que ‘a veces transpiramos versos y otras veces transpiramos para hacerlos’. Según el estado de ánimo, el estado mental que uno tenga en el momento, siempre influyen en el resultado final de las payadas. Así que es muy importante la inspiración”.

 

 

“Yo lo disfruto en todos los sentidos que se podría disfrutar, desde abrazar y tocar una guitarra, de decir un verso, que desde el más chiquito hasta el más grande de la familia te escuche y te entienda y esté contento con tu presencia y muchas veces, las felicitaciones y los empujoncitos para seguir adelante, los viajes, el payador es uno de los caminadores de la Patria Argentina. Como países limítrofes, que también hemos recorrido, me gusta conocer diferentes partes del país, que quizás de otra manera no tendría la posibilidad de conocer como conozco desde que soy payador”, expresó el músico.

 

 

Las giras y la gente 

Subir al escenario, participar de una doma, poder mostrar sus pensamientos y sus dones, es para el joven la oportunidad exacta para llegar a la gente con su mensaje. Por eso, Francisco expresó: “La intervención en los eventos para mí es reflejar la figura del gaucho argentino y tratar de contagiar a la juventud también, de que se interiorice con el payador, de que le interese, de generar la duda ¿por qué no querer ser payador también? Hay mucha gente que desconoce al payador y mucha gente que también lo conoce, tratamos de afianzarlo en la gente que conoce al payador y en los que los desconoce que se interesen, que pregunten qué es el payador y querer contagiar esa parte de nuestras tradiciones. Así que siempre aprovechando la juventud que llevo por el momento (25 años) como ya lo dije, que la presencia de la juventud payadora se haga eco por los rincones de nuestra Patria”.

 

 

Impactar en el público, ser un buen payador tiene ciertos condimentos, para Francisco Ojeda, eso significa: “Desde mi punto de vista, para ser buen payador se necesita respeto por sobre todas las cosas, un hondo sentir de pertenencia y de patriotismo como de argentinidad, para poder reflejar en cada verso y chispa de espontaneidad, de ocurrencias que siempre hacen falta, tener esa velocidad o esa facilidad de palabras también. Como consejo, no me atrevo a dar consejos hace 7 años que he comenzado con la improvisación, pero puede ser que se acerquen a los payadores del momento, creo que a cualquiera de los payadores que le mandes un mensajito o que se acerquen a hablar con él, te va a contestar, te va a guiar por el camino que haga falta, eso es algo que siempre me admiró de los payadores”.

 

 

Luego agregó: “Cuando empecé a caminar, con el payador que me he encontrado, siempre tuvo una buena predisposición y voluntad para enseñar, para transmitir lo poco o mucho que sabía, lo transmitían y de corazón, así que eso es importante, saber que el payador está abierto a cualquier pregunta y a darte el consejo que haga falta. A señalarte el camino siempre con la mejor intención. Así que aquel que está empezando o que quiera empezar, se comunica con algún payador y sí o sí le van a contestar y le van a dar una manito para lo que necesiten”.

 

 

En primera mano

La experiencia es la que habla y deja una visión, una enseñanza. “En mi caso –expuso el artista– lo que a mí me sirvió mucho, fue escuchar muchos versos, decirlos, siempre me tomaba el atrevimiento de cambiar un poquito la letra a unos versos que ya estaban escritos y ver más o menos como iban quedando, hasta después animarme a armar mis propios versos. Después darme cuenta de que podía improvisar uno que otro y que ya podía improvisar un poco más y una vez que improvisaba me daba cuenta que tal vez me faltaban algunas rimas y después andaba todo el tiempo repitiendo rimas y rimas y rimas, las escribía en un cuaderno, me las decía, solamente rimaba palabras con palabras y después ya te quedan. Yo creo que en el cerebro te quedan más a mano y a la hora que uno tiene que improvisar, tener un buen fondo de palabras para echar mano en el momento que haga falta siempre es importantísimo, instruirse, informarse sobre cualquier tema de interés general o interés propio siempre. Siempre llega el momento en que necesitas echar mano a los conocimientos que uno tiene,  para ‘sé esta cosita’ y siempre hacen falta y vienen bien, hay algún caso que hace falta nombrar algún conocimiento que uno dice ‘para que lo tengo’, pero es así aprender, aprender bien siempre y poder transmitirlo es importante, siempre el payador tiene que poder dejar algún mensaje grabado en el pueblo”.

 

 

Para finalizar, el entrevistado deja su mensaje: “Saludo a los colegas payadores y espero que la juventud quiera sumarse a esta causa del payador. Estamos dispuestos, abiertos a contestar mensajes y llamadas de aquellos que quieran ser payadores, también para darle la mano que necesiten. Si les interesa saber más pueden suscribirse al canal de youtube que tengo ‘Francisco Ojeda’ o en Instagram también, siempre publico por donde andamos tocando y cosas por el estilo, así que también se puede se pueden comunicar por ahí alguno le interesa”. 

Fuente: RTS Noticias