Cuidarse y sentirse bien en la lucha contra el cáncer de mamas 

El mes rosa termina, pero lo que no debe culminar son los cuidados, las atenciones y, sobre todo, el acompañamiento con quienes padecen la enfermedad. Se refuerzan los controles y acompañan unos consejos gastronómicos. 

Valeria Elías

RTS Medios

Para cerrar el mes de la detección temprana y cuidados sobre el cáncer de mamas, se recuerda la importancia de los controles periódicos, pedir apoyo y ayuda ante una situación de diagnóstico comprometido, sostener el cuidado y sobrellevar la situación de tal forma que permita una sobrevida digna y una resignación amigable si fuera necesario. 

 

En este sentido, la médica tocoginecóloga y mastóloga acreditada por la Sociedad de Mastología, Jesica Massera, refuerza los estudios pertinentes de prevención y cuidado que deben realizar las mujeres anualmente. 

 

“La mastología es la medicina que se encarga del cuidado de las mamas, debemos consultar a partir de los 25 años con mastologo especializado para categorizar a la paciente según riesgo y así coordinar su seguimiento, o a cualquier edad si presentamos algún síntoma en las mamás (dolor, nódulo etc.)”, explicó la especialista.

 

Luego profundizó en los estudios: “La ecografía se realiza en pacientes jóvenes, menores de 40 años, desde los 30 años de manera anual o antes si el médico lo considera o presenta síntomas. en cambio, la mamografías en pacientes sin antecedentes una de base entre los 35-40 años y a partir de los 40 de manera anual o antes de los 35 si el médico lo considera por presentar síntomas”.

 

También comentó que se puede hacer una resonancia de mama con contraste cuando existen dudas luego de realizado eco y mamo o cuando el médico lo considere.

 

Para finalizar, dijo: “No tengan miedo de realizarse los controles mamarios porque detectar a tiempo acortan tratamientos, son menos agresivos y mejora el pronóstico, mejora la supervivencia”.

Comer, sanar, amar 

Asunción Serralunga, es cocinera y docente de gastronomía, a partir de su experiencia y conocimientos ella decidió ayudar a los que necesitan apoyo en momentos de crisis.


“En mi experiencia me tocó acompañar muy de cerca a mi mamá en un proceso de cáncer de mama y la comida fue el punto donde el entorno y el paciente se sientan en el mismo lugar, en el de disfrutar. Más allá de todas las estrategias puntuales que ayudaron a sobrellevar un tratamiento, el foco tiene que ser el acompañar y ayudar a nutrir. No perdamos el espacio de risas, de lágrimas y de compartir al lado de la cocina rica, casera y hecha con amor porque siempre, siempre, cocinar es dar amor”, expresó la entrevistada.


Sobre los talleres que dictan para personas con problemas de salud, ella enfatizó: “Lo que buscamos desde el taller es acompañar y dar ideas que sean sanas, ricas y sobre todo fáciles. Dejar el mito de lo que se puede y no se puede comer si no, mantener una alimentación sana, completa y variada. Mi aporte es el práctico, el de los sabores y mostrar que en un ratito podemos hacer cosas en casa que realmente nos alimenten. Es un trabajo que no sería nada sin el equipo de nutrición que acompaña a la persona de manera integral”.


“La cocina tiene la magia de que todos tenemos una en casa. No necesitamos movernos mucho. El desafío es perder el prejuicio de que cocinar es tedioso, aburrido y que siempre comemos lo mismo”, dijo y compartió algunas estrategias para el disfrute: 

. Tener la alacena y la heladera con mucha variedad (no necesitamos tener stock para una guerra! Un poco de cada cosa). Si tenemos opciones a mano es mucho más simple hacer algo rico sin tener que disponer de dos horas.

. Guardar los alimentos limpios, ordenados y listos para cocinar. No solo van a durar más, también nos van a dar ganas de comerlos.

. Ilumina tu cocina, pone cosas que te gusten a la vista pero siempre la mesada lo más libre posible, si tenemos el horno y la mesada llena de cosas ¿A quién le puede dar ganas de cocinar?


En el caso que tengas con quién, cocinen en familia, con amigos, disfrutar del acto de preparar es tan importante como disfrutar la mesa, quizás no todos los días pero siempre que se pueda.


Con respecto a las personas con cuidados médicos, la especialista dijo: “En el caso de un tratamiento podemos tener casos de falta de apetito, de desánimo a la hora de comer. La estrategia va a depender de la necesidad de cada persona en un momento determinado (por eso es importante el acompañamiento de tu nutricionista de confianza) pero hay algo que en todo momento está presente, la comida siempre nos va a entrar por los ojos, empecemos por ahí, por un plato variado, con colores, tomemos ese momento de preparar los alimentos como un mimo que nos merecemos y que salga hermoso. En cuanto a los aromas, los sabores, elijan alimentos frescos, que les guste y prueben de qué forma les resulta atractivo comer, el foco principal tiene que ser estar bien alimentados, comer los nutrientes que nuestro cuerpo requiere para pasar por este momento duro”. 


Para finalizar, una receta, aunque ella alega que hay “recetas miles”, decidió compartir una: “Hay tanto divertido para hacer y para tener buenos hábitos que podríamos hacer 3 libros y no entraría nada jaja. Pero vamos por un alimento que (gracias a Dios) está muy de moda charlarlo, es simple y va a aportar muchas proteínas. El famoso yogur griego. Simplemente con un litro de yogurt casero (calentás un litro de leche hasta que esté un poco más caliente que tu cuerpo, le sumas 1 cucharada de yogurt natural y lo dejas 8 horas en un termo o yogurtera y listo). Lo vas a filtrar con un lienzo y un colador para retirar la parte líquida, esto va a concentrar en poco volumen muchas proteínas, y si estás en un momento de poco apetito con algo suave y cremoso, les sumás unas frutas y super plato para disfrutar”.

Fuente: RTS Noticias