¿Cómo prevenir, atender y vivir después de un accidente cerebrovascular?

Cada 29 de octubre se busca visibilizar los ataques cerebrovasculares, los controles periódicos y la prevención reducen el riesgo de 9 de cada 10 ACV. 

Valeria Elías

RTS Medios

Según la Federación Argentina de Cardiología (FAC), el 90% de los accidentes cerebrovasculares (ACV) pueden prevenirse mediante el control de factores de riesgo modificables, como la hipertensión, el tabaquismo y el sedentarismo.

 

Los accidentes cerebrovasculares se dividen en dos grupos:

Los accidentes cerebrovasculares isquémicos, que se producen cuando el suministro de sangre que va a partes del cerebro se obstruye o se reduce. Lo que evita que el tejido del cerebro reciba oxígeno y nutrientes, llevando a las neuronas a la muerte en cuestión de minutos.

 

Los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos, que se producen cuando un vaso sanguíneo del cerebro tiene un derrame o se rompe y causa un sangrado. La sangre aumenta la presión en las neuronas cerebrales y las daña.

 

Cada año, unas 15 millones de personas padecen un Accidente Cerebrovascular, de los cuales 5 millones sobreviven con discapacidades permanentes, según la Organización Mundial de la Salud.

 

El ACV ocurre al bloquearse o romperse un vaso sanguíneo, interrumpiendo el flujo de oxígeno hacia el cerebro, lo que provoca daños graves. Reconocer los síntomas tempranos y buscar ayuda inmediata puede reducir las secuelas, que suelen incluir parálisis, problemas cognitivos y espasticidad muscular. La rehabilitación integral y un seguimiento médico constante son esenciales para los sobrevivientes, pues aumentan su independencia y calidad de vida a largo plazo.

 

En el accidente hemorrágico muchas veces es necesaria una intervención quirúrgica además del tratamiento médico, para resolver la causa y drenar la sangre.

 

En el isquémico todo depende del tiempo de evolución, de la extensión del mismo y el compromiso clínico. En algunas ocasiones se recetan fibrinolíticos, para disolver el trombo, mientras que en otras el tratamiento es con antiagregantes.

 

La Dra. Marcela Moro es médica de planta servicio Neurotoxicología del hospital Cullen y jefe de trabajos prácticos Facultad de Medicina UNL, conversamos con ella por este tema. 

 

Lo primero es lo básico, ¿cómo prevenir un ACV? y esto nos respondía “primero tenemos que entender ¿qué es un ACV?. Un ACV es la detención brusca de la circulación sanguínea en un área del cerebro. Esa detención del flujo de la irrigación sanguínea se da porque, una de las causas es puede ser la hipertensión arterial que va desgastando las paredes arteriales y eso termina en una degeneración de la pared arterial y una oclusión de la arteria, o por placas de ateromas o de aterosclerosis que se dan por distintas cuestiones. La hipertensión, la dislipemia, o sea, los problemas de colesterol, aumentan la fijación del colesterol, el tabaquismo, la diabetes, contribuyen a la aceleración de la aterosclerosis. También se puede detener la circulación cerebral porque viene un émbolo (coágulo) migrando de alguna otra área del cuerpo como es el corazón o grandes arterias, y la causa más frecuente de esto es por una arritmia cardíaca. Entonces entendiendo lo que es el ACV, ¿cómo podemos prevenirlo? evitando estas cosas que pueden producirlos, como por ejemplo, controlar la hipertensión, controlar la  diabetes, el tabaquismo, la obesidad, con el colesterol a la dislipemia, y como elemento protector, la actividad física por supuesto, que regula todas estas cuestiones y la dieta equilibrada”.

 

Sobre cómo detectamos un ACV, la especialista nos explicó “hay escalas que son muy prácticas. Está la escala de Cincinnati, hay una escala que es la BEFAST. BEFAST es lo que estamos enseñando actualmente en la provincia de Santa Fe, en el área de educación, en las universidades. BEFAST es B alta, de balance, que significa equilibrio, o sea, alteraciones agudas en el equilibrio, en coordinación, es un signo de atención. La E es de Eyes o de visión, cualquier trastorno de la visión o visión doble es otro motivo de consulta. La F es de Face, o sea de cara, cualquier asimetría o caída de la comisura labial o asimetría facial, también hay que consultar urgente. La A es de Arms, cualquier caída de un brazo, falta de fuerza o pérdida de fuerza de un brazo o una pierna. La S, Speech, de todo lo que es el lenguaje, cualquier trastorno en la capacidad de poder hablar o en la articulación de la palabra; y la T es de Time o de tiempo que hay un tiempo para conocer el tiempo de ocurrencia de todo esto, cuándo comenzó y un tiempo como para poder llamar urgente a los servicios de emergencia como es en Santa Fe, el 107. Acercarse a la parte pública, acercarse a la unidad de stroke que tenemos en el hospital Cullen lo más urgente posible para la atención y la posibilidad de llegar a un tratamiento que se da en las primeras 3 horas y media, a 4 horas y media de llegado el paciente. Pasado ese límite tenemos posibilidad de tratar al paciente, pero ya son más seleccionados, así que, que el paciente concurra lo más rápido posible, va a ser probable que ese paciente tenga un tratamiento para tratar de revertir los síntomas. Si llega tarde y no concurre con estos signos de alarma y se demora en la consulta, el paciente está perdiendo la posibilidad de acceder a un tratamiento que podría mejorar los síntomas, y si los síntomas fueran muy intensos hasta salvarle la vida”.

Para tener en cuenta “el proceso de recuperación siempre es muy lento, depende de las áreas afectadas, si está afectado la falta de fuerza del paciente, va a requerir una kinesiología, si es el trastorno del lenguaje, la estimulación fonoaudiológica, según si es el trastorno del equilibrio, también con kinesiología, siempre la recuperación es lenta y depende también de cada paciente, del grado de afectación inicial, del progreso e instalación del ACV y de las áreas afectadas cerebrales”, explicó la médica.


“Los hábitos para cambiar- culminando la entrevista, dice- son hábitos modificables y no modificables. Los modificables son aquellos que te mencioné, la hipertensión, en el sentido del control de la hipertensión, el control de la diabetes, el control del colesterol, hábitos de vida sana, la disminución de peso, la actividad física regular, aquellas cosas ante sensaciones o molestias de pecho o sensaciones de palpitaciones precordiales, o sea, en el pecho, consultar al cardiólogo, porque pueden ser los síntomas de arritmia, que después pueden dar émbolos, generar estas cuestiones que son las embólicas o los ACV embólicos. Y lo más importante, el mensaje más importante de todo esto es, que si algunos con el BEFAST, alguno de los síntomas que se detectan, lo está sintiendo la persona o algún familiar, realicen urgente la consulta rápida al médico por las chances de tratamiento, que ocurra alguna de estas cuestiones o estos síntomas, es lo mismo que te duela el pecho. Cualquier persona reconoce el dolor de pecho como una urgencia y se va corriendo porque puede ser un infarto cardíaco. Bueno, estos síntomas que mencioné arriba son lo mismo que un infarto cardíaco, pero sería un infarto cerebral y hay una ventana terapéutica o un tiempo para poder acceder al tratamiento, y eso depende de la alerta que tenga cada paciente o familiar de paciente para concurrir rápido al lugar de atención para la detección y la posibilidad de ser tratado y evitar que progrese, que se complique el ACV”.

Fuente: RTS Noticias