El área natural protegida sufrió el pasado mes un incendio que arrasó alrededor de 2.000 hectáreas, dejando a muchos de los koalas que habitan la reserva “gravemente heridos, deshidratados o al borde de la inanición”, según indicaron las autoridades.

 

La primera ministra del Estado de Victoria, Jacinta Allan, defendió la estrategia alegando que los koalas estaban “gravemente afectados”, y aseguró que la decisión se había tomado luego de “exhaustivas evaluaciones”, según informó el medio Sky News Australia.

 

La estrategia, que es la primera vez que se emplea en el estado, fue objeto de múltiples críticas. El diputado del partido Justicia Animal Georgie Purcell denunció ante el diario australiano Herald Sun que “no se está haciendo ningún esfuerzo por comprobar, cuando se dispara a los koalas desde helicópteros, si tienen bolsas de cría”.

 

Por otra parte, la presidenta de la ‘Alianza por los Koalas’, Jess Robertson, afirmó que “no hay forma de que puedan decir si un koala está en malas condiciones desde un helicóptero”.