El referí Marcelo relató que el director técnico del Club Argentino de Rosario lo agredido brutalmente durante un partido de la categoría 2014, dejándolo inconsciente con un golpe. El damnificado, quien sufrió un «cráneo astillado» y requiere reposo, relato la pesadilla que vivió.
El árbitro de fútbol infantil Marcelo, quien dirigía un encuentro de la categoría 2014 entre Argentino de Rosario y Central Córdoba, sufrió una violenta agresión por parte del director técnico del equipo local, incidente que lo dejó inconsciente y con graves lesiones, y por el cual manifestó su decisión de abandonar el arbitraje. El hecho ocurrió el fin de semana pasado y generó la preocupación del ambiente deportivo por la violencia en las categorías formativas.
Según el relato de Marcelo, el director técnico de Argentino de Rosario comenzó a increparlo y a empujarlo en el pecho. El árbitro destacó que era la primera vez que lo dirigía, a pesar de que el técnico le repetía: «Siempre lo mismo, siempre lo mismo, como vos». Tras ser golpeado, perdió el conocimiento y fue trasladado a un centro médico.
El diagnóstico médico posterior a la agresión fue de un «cráneo astillado y una costilla quebrada», lo que limita completamente su actividad. «Me siento mareado cuando camino y tengo que tomar pastilla para el dolor de cabeza», detalló el árbitro, quien actualmente se encuentra en reposo. Además del impacto físico, el incidente generó una profunda angustia, especialmente en su entorno familiar, ya que su esposa e hija lo vieron en el suelo.
La situación también tuvo consecuencias institucionales y personales. El árbitro aseguró que desde el club Argentino de Rosario, ni el técnico, ni los ayudantes, ni los dirigentes, se comunicaron con él tras el suceso. «Del día que me pasó esto, ni técnico, ni ayudante, ni delegado, ni Argentino de Rosario se acercaron a donde estaba yo», afirmó. Por el contrario, agradeció a la gente de Central Córdoba por asistirlo. Respecto a la sanción para el agresor, Marcelo manifestó su deseo de que el técnico «quede preso porque me podía matar».
Finalmente, el árbitro rosarino confesó su temor a seguir dirigiendo. A pesar de que la Rosarina (asociación de árbitros) y sus compañeros se solidarizaron con él, la situación lo llevó a tomar una drástica decisión. «No quiero seguir más, no quiero seguir más porque me dolió una banda lo que me pasó a mí y después le pasaba a cualquier compañero», concluyó.
Fuente: RTS Medios