Es un método casero, económico y ecológico que evita que las prendas oscuras se destiñan con los lavados. ¿En qué consiste?

El vinagre blanco actúa como fijador del color, ayudando a sellar los pigmentos de las fibras textiles. Al mismo tiempo, suaviza la tela y elimina los residuos de jabón que suelen opacar los tonos. Por eso, muchas personas lo incorporan a sus rutinas de lavado como reemplazo del suavizante tradicional.
Cómo usar el vinagre en el lavado de ropa negra
El proceso es sencillo ya que solo es necesario agregar media taza de vinagre blanco al ciclo de enjuague en el lavarropas. Si se lava a mano, basta con diluir la misma cantidad en un recipiente con agua fría y dejar las prendas en remojo durante unos 15 minutos.
Es importante no mezclar el vinagre con lavandina ni otros productos químicos, ya que puede generar reacciones que dañen la ropa o el electrodoméstico. En cambio, puede combinarse sin problema con jabón neutro o detergente para ropa delicada.
Además de conservar el color, este método también ayuda a eliminar los olores y las bacterias de las telas, ofreciendo una limpieza más profunda y natural. Su efecto suavizante hace que la ropa quede más liviana y fácil de planchar.
Los especialistas en cuidado textil coinciden en que el vinagre blanco es una alternativa ecológica y segura. No solo protege las fibras, sino que también contribuye al mantenimiento del lavarropas al evitar la acumulación de sarro y residuos.
En tiempos donde ahorrar y cuidar el medioambiente son prioridades, este truco casero se posiciona como una opción efectiva para quienes quieren que la ropa negra luzca siempre impecable, sin gastar de más y con un toque sustentable.
Consejos para mantener la ropa negra y ahorrar dinero usando vinagre
Lavar del revés
- Evita el roce directo que desgasta el color.
Usar agua fría
- Cuida el tejido y reduce la factura de energía.
Elegir detergentes neutros
- Evitar fórmulas con cloro o blanqueadores.
No secar al sol
- La sombra conserva el tono y la textura.
No sobrecargar el lavarropas
- La fricción entre prendas acelera el desgaste.
Lavar solo cuando sea necesario
- Menos lavados es más duración.
Planchar del revés
- Evita que el calor apague el color.
En este contexto y con las sugerencias dadas, cuidar la ropa es cuidar la economía familiar y el planeta porque, con pequeños cambios en la rutina de lavado, es posible lucir prendas impecables, ahorrar dinero y contribuir a un consumo más responsable.
Fuente: Noticias Argentinas