Una herramienta nueva que promete emular o igualar al cerebro humano, algunos pronostican que podrá superarlo. Inteligencia colectiva vs plasticidad cerebral.

Valeria Elías
RTS Medios
La inteligencia artificial se construye y existe gracias a la captación de conocimientos, conversaciones, experiencias obtenidas por diferentes medios de la cotidianidad humana. Es entrenada por medio de mecanismos que son casi similares a las conexiones neuronales. Ante la incertidumbre de querer conocer y saber más de ambos cerebros, el humano y el artificial, buscamos un especialista sobre el funcionamiento del cerebro humano.
Néstor Braidot, es investigador, conferenciante, consultor y escritor. Ha dedicado la mayor parte de su vida profesional al desarrollo de aplicaciones de las neurociencias, entre ellas, neuroliderazgo, neuromanagement, neuroaprendizaje, neurocoaching y neuromarketing. Es pionero en el desarrollo de aplicaciones de las neurociencias al desarrollo personal y aplicaciones organizacionales. En la actualidad, y en el marco de los últimos avances de la física cuántica, se está trabajando en metodologías destinadas a aumentar los estados de consciencia de las personas y sus aplicaciones.
“No sabemos cómo va a evolucionar la inteligencia artificial (IA)-comienza diciendo Braidot-, en un futuro, incluso en un futuro próximo. De hecho, los algoritmos de la IA se inspiraron en sistemas de redes neuronales del cerebro con lo cual, desde ese punto de vista, tiene cierta cercanía por lo menos, todavía hay mucha limitación por el tema conciencia, autoconciencia, emociones y demás, es una gran distancia que hay entre la inteligencia humana y la IA”. “Las redes neuronales artificiales, insisto, tienen sistemas similares a las redes neuronales humanas, el funcionamiento es diferente, por cierto, pero por ahora podemos decir que hay cercanía en ese punto” finalizó.
El Dr. Braidot, afirma que debemos tener algún tipo de vinculación con la IA para no pasar a la obsolescencia. “Lo importante es que nosotros sepamos utilizar la inteligencia artificial -recalca-, claramente debemos involucrarnos porque sino (insisto con el concepto) terminamos siendo obsoletos, en el sentido que nos quedamos retrasados incluso de un montón de factores de un montón de realidades que ya estamos viviendo. Yo trabajo con IA pero modelándola para lo que yo necesito ”.
Ante la capacidad de adaptación del cerebro humano, la duda cabe en sí la IA podrá logar esa plasticidad, esas conexiones únicas para enfrentar los problemas cotidianos que muchas veces se resuelven de forma no programada, a esto Néstor, nos respondió “hay dos reflexiones que hacer, la primera, es que una comparación al día de hoy evidentemente da un resultado muy claro, coincidiendo un poco contigo, el problema es cuando se comienza a analizar la evolución a futuro, y todo va a depender de la evolución de esta inteligencia que ya conocemos su ritmo. Pero, por el otro lado, tenemos que ver la evolución de la inteligencia humana, hasta dónde va a seguir creciendo; porque la inteligencia humana hoy día no es el máximo posible, que el ser humano puede tener en cuanto a inteligencia, sino que hay todo un proceso hoy por hoy estamos también nosotros como humano en evolución desde ese punto de vista. Hay que ver si todos los seres humanos evolucionan de la misma forma, yo creo que no definitivamente y ese es el gran desafío a futuro”.
El uso de la IA podría anular o ir “entorpeciendo” el funcionamiento del cerebro, según algunas opiniones, es probable “todo depende de lo que hagas, si te quedas pasivo esperando que la IA te responda, que no es ese el rol de la inteligencia artificial, no es un ‘respondedor’ a las preguntas, sino un colaborador. Por eso se habla de inteligencia ampliada, colaborativa entre el ser humano y la IA. Pero ciertamente muchas cosas, han venido ocurriendo, por ejemplo, si uno aprende una profesión, práctica una profesión y más aún, si te va bien con la profesión, empieza a repetir día tras día esa fórmula, receta o metodología de su profesión que aprendió de memoria y ha practicado, ¿qué ocurre con ese cerebro? empieza a rutinizarse, es decir, va hacer todos los días lo mismo. ¿Qué ocurre entonces con el cerebro? empieza a quedarse limitado a la sola rutina que ha practicado durante tanto tiempo, adquiere dificultad de cambios y de nuevos aprendizajes. A eso lo denomino ‘muerte cerebral progresiva’, es decir, se va perdiendo la capacidad de evolución del cerebro, teniendo en cuenta que el conocimiento de la humanidad se duplica cada dos años, eso que uno aprendió, práctico y tuvo éxito termina siendo obsoleto, con lo cual termina siendo como el dilema IA – inteligencia humana y este es el problema que tenemos hoy en día”.

Hoy en día, existen muchos estímulos, a su vez la educación y formación de las personas, la sobreinformación tientan a la persona a escapar un poco de tanta presión y establecer rutinas para subsistir y a su vez, escapar de las mismas “qué ha sido de la educación de un tiempo a esta parte, aprender de memoria lo que dice el profesor, su librito de recetas y salgamos a la vida exitosos repitiendo esos discursos, ¿cuánto tiempo dura? dos años, tres años hasta que llega la obsolescencia del librito de clases. Segundo punto, hay muchas opciones, yo vivo entrenando cerebros desde hace 30 años para desarrollar inteligencia, pero la gente ¿realmente va optando con estipulaciones variadas a su cerebro o repite todos los días lo mismo? por ejemplo, en cosas simples, en el día a día por ejemplo, y esto es importante porque es estimulación del cerebro para que genere capacidades de cambio o de alternativa, desayunas todos los días ¿cómo lo haces, de la misma manera que hiciste ayer, antes de ayer, semana pasada, mes pasado, año pasado? repites eso, cuando salís a tu trabajo ¿vas por el mismo camino? eso pasa, uno repite sus metodologías, entonces es un repetidor que hace que su cerebro paulatinamente vaya reduciendo su capacidad, y eso es lo que plantea un desafío hoy día”.
La repetición de las acciones o actividades, implica reducción de agilidad cerebral, y termina siendo lo que Braidot llama “muerte cerebral progresiva”, haciendo referencia a la imposibilidad del cerebro de producir cambios por el estancamiento en la rutina. El entrevistado reconoce que sus conocimientos, libros y demás logros, ya son obsoletos, por eso sale en busca de nuevos desafíos como trabajar con la neurociencia cuántica. Propone mantener el cerebro activo para que no “muera”, para no rutinizarlo, sugiere que antes de debatir sobre IA, primero debemos resolver qué hacemos con nuestro cerebro.
“Hoy por hoy, si te sometes a las metodologías de enseñanza y aprendizaje que hay vigentes, la verdad es que no estimulan al cerebro a generar conocimiento, diseñé un tiempo atrás una metodología de aprendizaje creativo, ¿qué significa esto? la clase que doy no son cosas repetidas, no son una síntesis, deben producir o poner sobre la mesa lo que cada uno de sus cerebros gestiona o producen a partir del estímulo de la clase, la síntesis de la clase no sirve, si yo hago una síntesis de la clase me quedo con lo que yo produje” introdujo el especialista.
Luego, amplió “el gran dilema, desde los ámbitos educativos en cualquiera sea los niveles lo que se pretende, es que el alumno sea una especie de robot que repite, y es eso lo que no puede ser”. Es decir, el propio sistema tiene una estrategia de bloquear el cerebro para construir conocimiento y reconstruir “no solamente es matar la plasticidad, sino que con el tiempo si perdura esa situación es impedir un recupero, porque termina siendo un cerebro que repite y repite, y no puede cambiar esa repetición, es lo que yo llamo ‘cristalización cerebral’, se llega a un estadio de rutinización que ya no es posible volver, ahí tenemos personas que pueden tener muchos títulos pero que ya son obsoletos, autómatas obsoletos, porque no pueden cambiar y hoy hay que cambiar al ritmo de cambio del entorno” aclaró el doctor.
El cerebro tiene una capacidad de adaptación, que en milésimas de segundos puede adaptarse o cambiar una situación, de comprender y analizar, errónea o no, la naturaleza no es perfecta. A esto, nos dijo “teóricamente sí, pero cuando un cerebro se cristaliza por repetición rutinizado durante mucho tiempo, termina siendo lo que yo denomino un ‘cerebro etiquetado’, tiene diez respuestas para mil preguntas, no se adapta, repite la misma respuesta aunque la pregunta o el estímulo sean diferentes, naturalmente el cerebro tiene capacidad de adaptación, pero si uno lo rutiniza y llega a una instancia de rutinización, termina siendo por etiquetación, diez respuestas para mil preguntas”.
Entonces, la IA puede generar una rutinización en las personas, ya que estaría resolviendo muchas cosas en vez de exigir a las personas que lo resuelvan. Sobre esto opinó “si uno se queda pasivamente esperando la respuesta de la IA termina teniendo un cerebro que camina hacia la obsolescencia claramente por rutinización y cristalización. Por eso digo inteligencia humana relacionada con IA, luego la inteligencia humana repreguntando o haciendo una interpretación de lo que la inteligencia artificial decida y acomodando lo que dice la IA, es decir, yo he entrenado a mis sistemas en base a lo que yo necesito que me respondan, con las características que necesito en las respuestas, con la orientación de las respuestas que necesito, pero tengo que ir verificando para poder interaccionar, no solo esperar las respuestas sino también actuar”.
Continúa diciendo “nosotros no podemos sentarnos pasivamente a esperar que nos resuelva una máquina que evoluciona, porque va aprendiendo incorporando patrones de respuestas, va aprendiendo de lo que vamos incorporando, con lo cual la idea es que seamos tan proactivos como la IA o más, porque nosotros incorporamos capacidad de conciencia, de emoción, etc. Creo que nosotros podemos seguir liderando la IA en tanto no actuemos pasivamente”.
La inteligencia artificial nunca va a tener alma, “yo nunca me cierro al nunca, todo, al nada, no sabemos en qué va a terminar, porque una de las corrientes de opinión que hay hoy en día y sobre todo de las empresas de Elon Musk en instalar chip en el cerebro humano para reemplazar la memoria; es peligrosísimo esto que estoy diciendo, porque esto transforma a un futuro que espero que no llegue, que es la fusión máquina cerebro humano, la fusión de IA e inteligencia humana, insisto, todo depende de cómo evolucione uno y otro, por eso no quiero cerrarme al que nunca ocurrirá tal cosa. El peligro está en la captación de emociones que la IA puede hacer dentro del cerebro humano y aprender de ellas, pero la IA tiene una capacidad superior en procesar información y administrar al cerebro humano” concluyó.
“La IA fue inspiración y creada por el cerebro humano, por eso no quiero restringir al que algo es imposible, al día de hoy hay diferencias y es superior la inteligencia humana por un montón de razones importantes, pero también es cierto, que todo depende hacia donde evolucione la inteligencia humana en comparación con la IA” finalizó su análisis.
Fuente: RTS Noticias