“La trata de personas es un crimen organizado: pongamos fin a la explotación”

Es el lema que reza para concientizar a la comunidad mundial el día de hoy. La Fundación Alameda es una organización comprometida con la prevención y concientización sobre la trata de personas en la República Argentina.

Valeria Elías

RTS Medios

Hoy 30 de julio, la comunidad mundial que combate la trata de personas se rige bajo el lema: “La trata de personas es un crimen organizado: pongamos fin a la explotación”, en conmemoración por el Día Mundial contra la Trata de Personas.

 

Con motivo del 30 de julio, pero también como forma de dar continuidad y actualizar el dossier presentado en el 2024, desde la Alameda presentaron un informe que titularon: “El desmantelamiento de políticas públicas contra la trata de personas en tiempos de motosierra”.

 

Nicolás del Mastro, abogado y miembro de la Fundación Alameda, comentó: “Se han registrado 150 casos de rescate, lo cual es una cifra muy alarmante porque no llega a ser un porcentaje mínimo de lo que ocurría en otros años, ya que el año pasado finalizamos el año con 1.300 casos y el anterior, en el año 24, con 1.600 casos”. 

La Fundación Alameda lleva dos décadas trabajando con el principio rector la defensa de la dignidad humana y como objetivo central construir una sociedad sin esclavos, ni excluidos. Una comunidad basada en la fraternidad, la justicia, la inclusión y el cuidado de la casa común. El Cardenal Jorge Mario Bergoglio y luego Papa Francisco acompañó la lucha de La Alameda contra la trata y la esclavitud. 

 

 

¿Por qué es importante una fecha como la de hoy?

—El 30 de julio es una fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Es decir, los países que forman parte, miembros de los instrumentos internacionales para el combate contra el crimen organizado, establecen que es una fecha para prestar atención, concientizar en las comunidades, reclamar sobre el estado de la asistencia a sus víctimas y movilizar la agenda y las instituciones del tercer sector junto con el Estado a los fines de poder visibilizar los problemas y hacer una evaluación respecto de reportes, estadísticas, informes.  Por eso desde la Fundación Alameda hemos decidido publicar un informe que se denomina ‘La motosierra en las materias de políticas públicas de lucha contra la trata’, y analizar el impacto de estos aproximados 24 meses de gestión del Gobierno Nacional en la prevención, en la asistencia, en la persecución penal, en el fortalecimiento institucional y en la concientización.

 

 

¿Cómo está la situación respecto al año pasado, hubo más casos, disminuyó?

—Lo característico, lo distintivo de lo que estamos viviendo en este último año es, respecto de las cifras y los casos, es que no hay cifras. Es decir, el Estado Nacional está incumpliendo la publicación de estadísticas, la publicación oficial de datos. Es decir, lo que tenemos es un ocultamiento de la información, un no registro, y de esta forma lo que estamos teniendo es una falta de transparencia y de ocultamiento de los actos de gobierno. Primero, lo que no tenemos es un plan nacional de lucha contra la trata. La ley nacional de prevención, erradicación y persecución de la trata, sancionada en el año 2008 y su modificatoria del 2012, establece que el Estado Nacional y los tres poderes del Estado y todas las jurisdicciones, todas las provincias, aprueban reunidas en Consejo Federal un plan bienal nacional que en este corresponder a 2025. 

 

Ese plan no está publicado, ese plan no se ha trabajado, no se ha evaluado, no hay un informe sobre el plan anterior y por lo tanto, el dato que tenemos respecto de las estadísticas son informaciones que ha publicado el Ministerio de Justicia a través de sus redes sociales, en donde hemos visto que por primera vez en 15 años, en el primer trimestre del año 2015. Se han registrado 150 casos de rescate, lo cual es una cifra muy alarmante porque no llega a ser un porcentaje mínimo de lo que ocurría en otros años, ya que el año pasado finalizamos el año con 1.300 casos y el anterior, en el año 24, con 1.600 casos. Y esto habla de que hay un subregistro de casos y a su vez, es que estamos llegando a datos que no habíamos tenido ni en la pandemia con el aislamiento social preventivo.

El compromiso es de todos 

 

 

¿Qué debemos hacer o cómo actuar ante una sospecha de trata?

Ante un caso de sospecha o de duda, si percibimos en la realidad, en cualquiera de nuestras comunidades, o tomamos conocimiento en las redes o en la vía pública, o tenemos que recomendar a alguien, la respuesta siempre debe ser generar el anoticiamiento de un posible hecho que revista las características de una forma delictiva con las primeras instancias de la trata, que son el ofrecimiento y la captación. Y ese anoticiamiento se debe hacer a través de una denuncia que consiste en poner en aviso al Estado a partir de una línea gratuita, anónima y nacional creada a esos fines. Esa denuncia, es una llamada telefónica, que es sencilla porque activa todo el protocolo nacional, es co-administrada de manera conjunta con la Fiscalía Federal Antitrata, la PROTEC y a su vez por el Programa Nacional de Rescate. No expone la identidad de nadie, se puede registrar un número de formulario para luego hacer un seguimiento de ese anoticiamiento y es la forma de concentrar en una forma para activar el protocolo único de articulación. Es una línea telefónica donde no solamente llaman la ciudadanía en general para hacer una denuncia, sino las propias víctimas para reclamar ser rescatadas.

 

 

¿Por qué hay casos como los de Loan que toman interés público y otros siquiera se conocen?

—Nosotros creemos que los casos que son resonantes o que la comunidad se los apropia y genera una gran atención en la opinión pública tienen que ver con que la trata es un delito aberrante. La trata es un delito de crimen complejo que daña la dignidad de las personas. Y es tan fuerte, es tan evidente, tan contundente lo que provoca en una persona, en una familia, que hay una reacción de la comunidad porque hay un consenso generalizado. Eso forma parte del pacto democrático en nuestro país, de la lucha, el combate y parar la trata, decirle ‘no a la trata’.

 

Esta es la fibra más sensible que tiene una comunidad en la protección de los más vulnerables. Las mujeres en contexto de violencia y vulnerabilidad o exclusión social, los niños, niñas y adolescentes en contexto de la captación de su posible compra-venta. Por eso es necesario dar una respuesta, entre ellos, en los casos como de Loan, avanzar sobre la legislación en la tipificación de este tipo de delito, porque Argentina está incumpliendo una manda de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y con la historia de la apropiación de niños y niñas en la dictadura militar. Entonces estamos hablando de que son temas muy sensibles en donde toda la comunidad se moviliza para reaccionar ante situaciones de injusticia, para reaccionar ante casos tan aberrantes.

 

 

¿Cuáles serían los consejos para evitar caer en una red o situación de trata?

—Hoy en día lo que estamos viendo es que las instancias de captación de la trata se dan primero en un plano, en un ámbito nuevo. Hoy inician en la virtualidad. Hoy las ofertas engañosas laborales, los enamoramientos, la posibilidad de que una persona entre en una red de trata, sea captado por una banda que diversifica sus actividades delictivas, entre ellas la trata, lo hace a través de una plataforma digital, lo hace a través de una red social, de sistema de mensajería, de aplicaciones de cita, en donde alguien cree que está construyendo un vínculo en un contexto de enamoramiento y hay otro fin, en donde alguien cree que está aplicando para un trabajo y en realidad, no se cumple ninguna de las promesas de remuneración o que implican el viaje, el traslado, que implican la solución de nuestra vida.

 

Esto se ve potenciado primero por la hiperconectividad, por la soledad en las pantallas, por los contextos de vulnerabilidad y necesidad, por el funcionamiento del algoritmo de las economías de la atención, en donde en estas plataformas con el escroleo de las personas, selecciona contenido conforme a lo que gusta y, a lo que se necesita. Entonces en un contexto de necesidad, una persona termina recibiendo la información de algo que le va a cambiar la vida mágicamente, que le va a proponer incluso ganar en moneda extranjera y vivir en un paraíso. 

 

En ese contexto es en donde aparecen los casos de reclutamiento, los casos en donde se ejerce un control sobre la voluntad, por ejemplo, a partir de un juego en red, en línea, que tiene su elemento de monetización y que induce un endeudamiento, o que empieza siendo una plataforma donde se monetiza contenido de contenido íntimo de fotos o videos, que empieza haciendo esa instancia y luego se complejiza su intermediación o su lucro. O sea, hay toda una instancia que empieza siendo casi sutil y que ya hemos tenido en Argentina sentencias en donde hemos ocurrieron casos de explotación sexual, íntegramente virtual.

 

Y otros elementos ligados a los discursos encubiertos en organizaciones piramidales que ocultan sus verdaderas intenciones, que son las de las organizaciones coercitivas mal denominadas sectas. Argentina empieza a tener casos en donde este relato mágico-religioso de la New Age o de pseudo-religiones se presentan como que van a cambiar la vida, van a aislar a la persona de su patrimonio, de sus vínculos afectivos y así genera otra instancia de captación. Esas son las modalidades que se están viendo en la actualidad. Las recomendaciones vienen por estas instancias”.

 

 

Para los interesados sobre este informe y sobre la Fundación Alameda:

https://somosalameda.org.ar/politicas-contra-la-trata-en-tiempos-de-motosierra/?utm_campaign=shareaholic&utm_medium=whatsapp&utm_source=im 

 

Fuente: RTS Noticias