En los últimos tiempos se habla mucho del aceite de coco como una opción sana y que puede abarcar muchos espectros del bienestar corporal.
Valeria Elías
RTS Medios

El aceite de coco, que proviene de la nuez del coco (Cocos nucifera), se obtiene por extracción y refinado de la pulpa blanca que recubre el interior de la nuez, llamada copra. Las fuentes de suministro son cocoteros cultivados en Filipinas, Indonesia y Kenia
El aceite de coco es un aceite vegetal con un alto contenido en grasa saturada. Es lento para oxidarse y, por tanto, resistente al enranciamiento, con una duración de hasta seis meses a 24°C sin deteriorarse. El aceite de coco también contiene una elevada concentración de ácido láurico.
“En primer lugar, la principal propiedad es que es bactericida, antioxidante y anti fúngica, también acelera el metabolismo y eso permite quemar grasas, siempre acompañada de una alimentación correcta y ejercicio. Para el uso en la cocina, directamente reemplazas todos los aceites y grasas por el aceite de coco” explicó Matias Lucca, técnico químico presidente de la empresa santafesina FITALNAT SRL.
La cantidad de propiedades del aceite de coco se traducen en múltiples beneficios por su composición rica en:
Minerales como hierro –participa en la formulación de hemoglobina y glóbulos rojos–, selenio –mejora la estructura del cabello y las uñas– y potasio –ayuda a mantener una tensión arterial normal–.
Grasas saturadas. Se trata del componente más alto, concretamente unos 86 gramos (g) cada 100 g. Entre estas grasas puedes encontrar principalmente ácido láurico, un componente con acción antimicrobiana y fungicida, además de hidratante y regulador para la piel.
Grasa monoinsaturada, concretamente el ácido oleico (omega 9). Ayuda a regular el metabolismo y ofrece propiedades antiinflamatorias para la piel, además de penetrar fácilmente en el estrato córneo favoreciendo la hidratación.
Grasa poliinsaturada en forma de ácido linoleico (omega 6). Esta grasa forma parte de las esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. En la piel, ayuda a retener el agua de la epidermis y desempeña un papel esencial en la regeneración celular.
Vitamina E. Es una de las vitaminas antioxidantes que ayuda a proteger las células del efecto de los radicales libres.