Martín Miguel de Güemes, un legado de valentía y coraje

Güemes y su ejército de «Infernales» (milicias gauchas) fueron cruciales para defender el norte del país de las invasiones realistas. Fue asesinado en una emboscada el 17 de junio de 1821, mientras lideraba la resistencia contra los realistas.

Valeria Elías

RTS Medios

El General Güemes fue declarado por ley nacional N° 26.125/06 Héroe Nacional y el 17 de junio se celebra un feriado en su memoria. Integró el Ejército del Norte durante las Guerras de Independencia y luchó en el Alto Perú. En Salta, Güemes organizó a los gauchos para defender la frontera norte durante la guerra de la Independencia.


Para reflexionar sobre su persona, el profesor Jorge Fernández, historiador y docente de la Universidad Nacional del Litoral (UNL); exministro de Educación de Santa Fe y exviceministro de Defensa de la Nación, accedió a responder unas preguntas sobre el tema que convoca en el día del fallecimiento del General Martín de Güemes, y en su homenaje, estas breves reflexiones.


El docente, se va preguntando y va respondiendo en su análisis: “¿Quién era Güemes? ¿Qué representa en la historia argentina, en qué contexto desarrolló su vida política y militar? Nacido en 1785, con una brillante carrera militar, combatió ya en las invasiones inglesas pero se destacó fundamentalmente como parte clave en las guerras de la independencia, siendo designado por San Martín como General en Jefe del Ejército de Observación donde desarrolló una estrategia ofensiva y defensiva, denominada Guerra Gaucha, cuidando las ‘espaldas’ del Ejército de Los Andes, con el objetivo final de marchar por tierra a Lima para unirse a las tropas libertadoras, cuestión abortada esta última por el vil atentado que terminó con su vida”. 


“¿Ahora, cómo era ese ejército de Güemes, estaba compuesta por una fuerza profesional o tenía características especiales? Pese a la muy buena formación militar de Güemes, su tropa era parte de una milicia popular, denominada ‘Los Infernales’, que rechazó siete ataques realistas, estaba compuesta por 8000 milicianos, utilizando una especie de guerra de guerrillas dado que atacaban sorpresivamente a las tropas españolas y luego se dispersaban en el monte. Era el de Güemes un ejército popular, donde todos sus componentes eran voluntarios, una especie de pueblo en armas, donde también cumplían roles centrales desde los changuitos que casi no sabían montar a caballo, hasta los viejos baqueanos, al decir de un historiador, pero también los curas gauchos que usaban los campanarios para vigilar y avisar o las mujeres que integraban una eximia red de espías. ¿Y con qué armas? Con machetes, azadas, boleadoras y algunos fusiles y carabinas frente al poderoso y experimentado ejército realista” agregó el historiador.


Continuando con la historia, aclaro: “Ahora bien, Güemes gobernó Salta, donde la historia tradicional lo quiere ubicar como un político ligado a la defensa de la autonomía provincial, cuestión de por sí valiosa, pero invisibilizando su lucha contra los sectores dominantes salteños, en la búsqueda de una sociedad más justa, más igualitaria, más equitativa, lo que lo convirtió en un verdadero líder popular. En tal sentido, dictó medidas que favorecían al pobrerío gaucho e indígena, como el reparto de tierras incautadas a los españoles y a los americanos contrarios al movimiento libertario, y la reserva del derecho de incautar fondos, animales, alimentos para proveer de recursos a los ejércitos que comandaba, o la eliminación de ciertos privilegios que las elites tenían sobre sus trabajadores, porque para él la guerra de la independencia era la cuestión central. La burguesía porteña y las tradicionales elites salteñas resistieron a estas y otras medidas porque les era indiferente dicho objetivo, como a los primeros, o porque perjudicaba su actividad comercial en el caso de los segundos. Y son estos últimos los que, aliados con los españoles, traman la emboscada del 6 de junio de 1821 donde recibe heridas que provocan su muerte 10 días más tarde, muerte que festejan las elites salteñas y porteñas por igual. La Gaceta de Buenos Aires, expresión del pensamiento de Rivadavia, escribe sobre el hecho: ‘Murió el abominable Güemes. Ya tenemos un cacique menos’”.


“Habían logrado el objetivo de asesinar al ejecutor de un gobierno popular- comenta el entrevistado- y eliminar al jefe militar que, junto con sus infernales y con un ejército del pueblo, buscaba cubrir las espaldas al proyecto liberador de los ejércitos de San Martín, y lo hicieron con la finalidad de abortar, clausurar, cancelar el sueño de una América del Sur unida, desde las costas del Caribe hasta Tierra del Fuego y desde la cordillera de Los Andes hasta las zonas amazónicas”.


Por último, y para finalizar, responde: “¿Qué pensaría hoy Güemes o que haría en este contexto actual? Para que piense el lector y lo ubique a su leal saber y entender, le recuerdo la proclama del 23 de febrero de 1815, donde dice en referencia a los sectores dominantes en Buenos Aires y en Salta: “Neutrales y egoístas, vosotros sois mucho más criminales que los enemigos realistas…, como verdugos dispuestos a servir al vencedor de esta lid (por los españoles). Sois unos fiscales encapados y unos zorros pérfidos en quienes se ve extinguida la caridad, la religión, el honor y la ‘luz de la justicia’”. Para mí, en la línea de esta proclama y de su accionar posterior como gobernador y jefe de milicias populares, estaría desafiando las injusticias del orden local existente y luchando por la unidad de la América Latina, sin importar su vida o su libertad”.

Fuente: RTS Noticias