Dutide ya se vende en farmacias. Su principio activo es el mismo que el del producto original, indicado para tratar la diabetes tipo 2. Hay alta demanda porque en algunos casos se usa para tratar la obesidad pero no está cubierto por obras sociales.

Una nueva opción para tratar la diabetes tipo 2 llegó a las farmacias argentinas. Se trata de Dutide, un medicamento de fabricación nacional que comparte principio activo con el Ozempic, pero cuesta cinco veces menos. Aunque crece su uso como método para bajar de peso, especialistas advierten que solo debe ser recetado por un médico y con seguimiento mensual.
El producto original, de origen extranjero y aplicación inyectable, cuesta unos 650 mil pesos la dosis de un miligramo. La versión argentina, en cambio, ronda los 125 mil pesos y también está disponible en comprimidos. “Es un medicamento que tiene que ser prescrito por un médico y con seguimiento”, remarcó Sebastián Zentner, farmacéutico.
Según explicó, la alta demanda comenzó a notarse con fuerza desde que salió esta alternativa más económica. “El medicamento es para diabetes, pero al usarse se descubrió que reduce el apetito y así se adelgaza. Igual, no es algo para que la gente venga a buscar como si fuera un producto para adelgazar”, aclaró.
Las recetas provienen en su mayoría de cardiólogos y endocrinólogos. “Hasta ahora lo que vemos es que los pacientes llegan derivados del médico por una necesidad real de muchos kilos, no por una cuestión estética menor. Además del medicamento, necesitan cambiar hábitos, hacer ejercicio, alimentarse bien”, agregó.
Sobre los efectos adversos, indicó que los más frecuentes son los malestares estomacales. “Por eso se empieza con dosis bajas y se va aumentando para que el cuerpo lo tolere. Pero todo eso tiene que decidirlo el médico según el estado de salud del paciente”, remarcó.
La presentación inyectable tiene una aplicación semanal y la caja dura un mes. En el caso de los comprimidos, se toma una dosis diaria. Por el momento, las obras sociales y prepagas no cubren este tratamiento, salvo en algunos casos puntuales con autorizaciones específicas.
“Si este producto nacional se empieza a usar más, probablemente haya más chances de que las obras sociales lo cubran. Por ahora no es algo masivo”, concluyó Sebastián. La advertencia final, desde la farmacia, fue clara: solo se vende con receta y bajo control profesional.
Fuente: RTS Medios